Deportes | A propósito por Jaime García Elías * Cardiaco A propósito por Jaime García Elías Por: EL INFORMADOR 16 de marzo de 2009 - 02:27 hs ¡Ganó el favorito... pero la lógica salió bailada! El Clásico, en efecto, tuvo un desenlace paradójico: por una parte, ganó el equipo que llegó a la cita como favorito —el Atlas—, porque venía jugando mejor y porque sus resultados recientes le conferían esa calidad; por otra parte, perdió el protagonista que se quedó con todas las ventajas a partir del minuto 26 —el Guadalajara—, a raíz de la expulsión, en la acción más polémica del partido, de Canales. * Sería extremista condenar al silbante Marco Antonio Rodríguez por haber sacado la tarjeta roja al arquero rojinegro. Quienes tuvieron ocasión de ver el lance con todo detenimiento, con repeticiones desde todos los ángulos posibles, comprobaron que Canales no hizo contacto con Ponce, en la pelota dividida que salió a buscar a la desesperada. El silbante no tuvo esa posibilidad, y juzgó de la manera más drástica que cabía... por lo que creyó ver. Esa acción pudo haber resultado decisiva; pudo haber escrito la historia del encuentro... De hecho, los rayados, que de antemano habían tomado la iniciativa, pasaron a ser dueños absolutos de la pelota. Sin embargo, su dominio territorial, que llegó a ser abrumador, no fue determinante, gracias a que el Atlas hizo, casi a la perfección, lo único que le quedaba... Mientras los rojinegros, en efecto, se defendían con ocho y medio (Marioni se quedó de “llanero solitario”, ocasionalmente secundado por Pacheco), el Guadalajara atacaba no sólo con menos piezas de las necesarias, sino, principalmente, sin ideas ofensivas propiamente dichas. Marioni, con su sola presencia, mantuvo entretenidos a Reynoso, Magallón, Galindo y, por supuesto, Michel. Los siete restantes se estrellaron cien veces en el muro defensivo que el Atlas formó en torno a su área. * En el afán desesperado de traducir en algún gol su hegemonía aparente, Efraín Flores hizo los cambios adecuados para darle gusto a su patrón... pero no puso el talento que encendiera una luz en la ofensiva ciega, carente de brújula y desprovista de proyecto. El corolario, más que el premio al orden defensivo del Atlas, fue el castigo al desorden ofensivo de las “Chivas”: un penalty de último minuto —perfectamente sancionado, ese sí—, y la ejecución magistral de Marioni, para un final cardiaco... y para demostrar que en este juego no come más pinole el que tiene más pinole, sino el que tiene más saliva. Temas A propósito Jaime García Elías Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones