* Calvario

Para que quede claro: si México gana hoy a Costa Rica, en San José, habrá recuperado, en una sola sentada, buena parte del terreno que perdió en las primeras jornadas de la eliminatoria, todavía bajo los bártulos de Sven-Goran Eriksson; si no, sus posibilidades de conseguir directamente el boleto para el Mundial del año próximo en Sudáfrica, podrían complicarse; en esta última hipótesis, tanto los filibusteros de Javier Aguirre como los críticos y aficionados a los que, al parecer, les va la vida en la clasificación, podrían empezar a disponer el ánimo para llegar al Mundial por el único atajo que quedaría disponible...

En otras palabras, la única posibilidad de evitar la eventual ignominia de quedarse en casa a ver los partidos de la Copa del Mundo por televisión, a miles de kilómetros de la fiesta, sería ir al repechaje y arrebatarle el premio de consolación a algún rival sudamericano.

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Si Costa Rica, líder del hexagonal, gana esta noche, llegaría a 15 puntos. Y aunque México, en teoría, aún podría darle alcance, la empresa quedaría supeditada, primero, a que el “Tri” aprobara los exámenes que le quedarían pendientes —ante Honduras, El Salvador y Trinidad y Tobago—, lo cual parece factible, y después..., a que los ticos perdieran súbitamente el garbo que los mantiene como líderes del certamen. (Esto último, desde la perspectiva costarricense, sería catastrófico; desde la mexicana, se antoja ilusorio).

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Es probable que ya se haya dicho, en lo que va de la semana, todo lo que tenía que decirse en esa materia. Las guerras verbales previas a estas confrontaciones resultan rutinarias; los dimes y diretes de quienes serán actores de las batallas, son de una vulgaridad abrumadora y una pobreza franciscana, amén de que resultan —vía de regla— perfectamente previsibles.

Para los aficionados que lo son desde los tiempos en que los resultados proclamaban que México era, sin duda, el “Coloso del Norte” de estos arrabales del mapamundi del futbol, es evidente que le sucedió como a los malos empresarios: compran un circo, y por alguna misteriosa razón... le crecen los enanos.

De momento, la única vía para recuperar, a un tiempo, las posibilidades de llegar al Mundial del año próximo por la ruta más prestigiosa, primero, y la jerarquía de los buenos tiempos, después, es la victoria.

Si no, el famoso Hexagonal seguirá siendo, para los tricolores, un calvario.