* Ahora sí...

El prólogo ha terminado. Arranca, ahora sí, el verdadero campeonato.

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Como dice la conseja evangélica, “Muchos son los llamados (18, en el caso)... y pocos (ocho solamente) los escogidos”.

Para los que siguen con vida, y muy especialmente para los que a última hora consiguieron sus boletos para la etapa de las definiciones, queda la esperanza derivada de la experiencia: aunque a la postre lo ordinario es que conquiste el campeonato el equipo que mejor maneje las circunstancias de la media docena de partidos que deberán disputar los que resulten finalistas, la premisa de “que gane el mejor”, globalmente entendido, queda en el plano de la utopía.

Para los que quedaron fuera de combate, en cambio, y muy particularmente para los que tuvieron el pase a la “Liguilla” al alcance de la mano y claudicaron a la hora de los mameyes --Cruz Azul y Atlas, por ejemplo--, restan la frustración y los remordimientos.

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Como anécdotas de la última jornada de la etapa regular, quedan los desempeños sobresalientes de Liborio Sánchez en defensa del marco del Guadalajara, y de Armando Navarrete en la del América. El primero, el sábado, a cambio de que la crítica le pasó la factura del gol con que el Cruz Azul abrió el marcador, tuvo tres o cuatro lances sensacionales, a base de reflejos, en disparos a boca de jarro y en uno más de media distancia que buscaba el ángulo izquierdo de su marco. Su colega, ayer por la tarde, se convirtió, por encima del anotador del gol con que se escribió la historia, en el gran protagonista de la victoria que el América necesitaba para aprobar, aunque fuera “de panzazo”, y convertirse en el último invitado (“el colado”, dirán sus detractores) a la llamada “fiesta grande”.

Lo curioso es que se trata de los suplentes de los dos arqueros --Michel y Ochoa, respectivamente-- que se disputarán la plaza de titular con la Selección Mexicana para el Mundial de Sudáfrica.

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De hecho, salvo Cruz Azul y, en menor medida, Tigres, porque se les respeta su jerarquía como “grandes” históricos del futbol mexicano, no hay mayores sorpresas con respecto a los cuadros para los que ya se acabó el baile. De los Atlante, Jaguares, Puebla, Indios, Estudiantes, Atlas, Querétaro y San Luis, no podía esperarse demasiado.

Bastante hicieron con fungir como rellenos del pastel... y gracias.