Máximo González explora en 'Pogo' los límites sociales

GUADALAJARA, JALISCO (27/OCT/2014).- El Instituto Cultural Cabañas ya acoge la exposición "Pogo" de Máximo González. Por estos días el artista argentino está terminando de montar sus instalaciones que incluyen múltiples formas y materiales, como: billetes descontinuados y platos. Su exhibición que se inaugura este 30 de octubre y que estará a la vista del público hasta el 8 de febrero de 2015 explora la correlación de los límites sociales, sobre todo el universo de ricos y pobres, un tema que lo ha inquietado desde siempre.

"Es algo inevitable, desde que era niño me llamaba la atención como no entendía que es eso que dicen que es ser pobre y que es eso que dicen que es ser rico, nunca lo entendí y sigo sin entender. Siempre trabajé la sensación del límite de la riqueza y la pobreza".

El artista plasma su obra en siete salas del Cabañas y en dos patios del inmueble, el Ciego y el Orozco. Y la apertura de la exhibición es una pequeña casa echa de laminas de cartón a la que llama "Cielo de América" donde se pueden apreciar los rayos del sol cual si fuera el firmamento que reluce de estrellas, una metáfora romántica del pobre que no tiene un buen techo para dormir, pero que es capaz de admirar la belleza del universo.

"Hay individuos que tienen todo en la vida y lo único que les falta es la carencia, y al no tenerla eso representa la pérdida de uno de los valores más fuertes, porque (la carencia) es como parámetro para valorar lo que se tiene. La felicidad no depende de cuántas cosas tengas", confiesa Máximo.

En la primera sala de la exposición está "Manifestaciones" donde hay una mesa en la que se incrustan monedas fuera de circulación, bancos de madera resguardados con acrílico, "esto quiere decir que puedes sentarte en la pobreza, pero no tocarla", expresa González, mientras él mismo explica el recorrido de su obra por las salas del Cabañas.

También está una especie de manta tejida con billetes mexicanos, se llama "Cromagma 70" y es la combinación de billetes de 100 pesos con los 50 y asimismo los de 200 pesos también como los de 50. Se puede ver en un muro incrustaciones de acrílico a manera de pequeñas capsulas que su interior guardan un grano de arroz con la leyenda "Tengo hambre". El artista decidió utilizar este cereal porque es uno de los alimentos más consumidos en el mundo tanto por ricos que como pobres.

Al preguntarle si es que entonces esta exposición es una especies de catarsis para él, asegura que no porque ese proceso de introspección se da de manera visceral y en el momento que corresponde a la acción y él ha estado trabajando por muchos años en estas instalaciones por lo que ya hay un proceso de distanciamiento.

"No es catártico porque en la catarsis hay un impulso inmediato de sacarse algo, el proceso del desapego es importante para mí, para poder equilibrar los procesos naturales de las piezas para que funcionen y tengan un equilibrio en sí mismas y no sea un problema mental que yo haga y vomite eso al público. Lo que yo requiero es que esa pieza cumpla una función educativa, religiosa, y humana.

En "Pogo" también hay una instalación multimedia que se estrena por primera vez, a Máximo le llevó terminarla más de cinco años, -la comenzó en 2009- y presenta videos de distintas manifestaciones en el mundo que se acoplan a los sonidos e imágenes de la naturaleza donde se pueden ver a distintas especies en su hábitat.

También está una pieza que le fue encargada por la familia Pritzker donde González utiliza billetes descontinuados de todas partes del mundo donde hace monumentos industriales e instalaciones petroleras que desembocan en una guerra espacial. En el patio grande, llamado Orozco hay siete mil globos terráqueos en tres tamaños diferentes hechos de pelotas de plástico que se produjeron en China, "es un juego de que el mundo se está haciendo en China, tiene un montón de lecturas", dice el artista.

Salas más adelante está el "Monumento al peligro", una instalación con utensilios de plástico empleados en las cocinas de las familias, como: jarras, cucharones, charolas y tinas donde se incrustan bombillas en una atmosfera en tono rojo. Luego está el bosque de las sillas que habla de la esencia del hombre y termina con la instalación de "Herencia", platos donados por diferentes personas de distintas parte del mundo que representan una historia de vida, actualmente han logrado reunir más de dos mil platos.

EL INFORMADOR / KIKE ESPARZA