La OFJ emprende un viaje sonoro por la Francia de las vanguardias hasta el consuelo luminoso de Fauré
Cultura | Por Martín Almádez Itinerario Responsabilidad política Por: EL INFORMADOR 1 de febrero de 2010 - 01:16 hs No deja de sorprender el hecho de que apenas discutidas las comisiones edilicias en la Zona Metropolitana de Guadalajara, las más cotizadas y peleadas por los principales actores políticos de todos los partidos involucrados, resultaran ser aquellas que se vinculan de forma directa con el ámbito cultural. De ahí que quienes las presiden sean o bien los propios alcaldes o los regidores que son candidatos perdedores. Dado el escenario descrito, pareciera que una de las mayores importancias en las agendas municipales es la política cultural. Sin embargo, si atendemos a la responsabilidad de los poderes públicos, dividida en tres ejes: administrativo, jurídico y político, la realidad del desarrollo cultural como política pública, permitiría avizorar un panorama, cuando menos, desaseado. Respecto a lo administrativo, este eje es desahogado a través de las Direcciones de Cultura, dependencias que se enfocan a la aplicación de presupuestos -siempre menores- y a la programación de actividades de carácter social y festivo, sin diagnóstico, ni metodología determinada, ni con indicadores de medición que permitan conocer su propia realidad. En lo referente a lo jurídico, no todos los municipios cuentan con un “documento” o Reglamento emanado de sesiones de Ayuntamiento y mucho menos vinculado a la ley estatal de Fomento a la Cultura. En ese mismo orden, pese a haber sido elevado a rango constitucional el derecho a la cultura, no se cuenta, a la fecha, con ninguna reacción, acato o iniciativa por parte de ninguna autoridad local. En el renglón de lo político, la responsabilidad ha sido más que discreta. Ha habido negligencia por decir lo menos, en la necesidad de conformar los Consejos Municipales de Cultura, instrumentos de alto sentido político dada su naturaleza crítica, que o bien desaprueban o bien legitiman las acciones de la política cultural diseñada e instrumentada. Nunca sobrará decir que por su parte, los más destacados personajes políticos, los mismos que ahora se envuelven en la bandera de la cultura y se disputaron la presidencia de esa comisión edilicia, han sido los más displicentes hacia la creación y los artistas, y en muchos de los casos actuales, protagonistas obstaculizadores del desarrollo cultural. ¿Confiaremos, otra vez, en la responsabilidad que nunca han tenido? Sugiero que sí, y les tomemos la palabra y el compromiso de que la cultura debe estar en la agenda política. Temas Itinerario Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones