Falta de catálogos frena exposiciones de calidad

GUADALAJARA, JALISCO (21/ENE/2013).- “Lo más importante de un museo no es el contenedor, sino el contenido”,  expresa  el director de la Colección Jumex, Patrick Charpenel. Se puede tener un espacio íntegro para exhibir obras de arte, pero no funciona si no hay dinamismo en el programa de actividades.

Además que el museo, a través de su obra, debe definir identidad, misión y visión; así como fijar un vínculo en su contexto local, y a su vez, crear un puente con la comunidad global, refiere el también curador.

Así el problema no es la falta de piezas para integrar exposiciones o para renovar los guiones museográficos, sino el desconocimiento de lo que se tiene en las bodegas de los espacios culturales, explica el doctor en Historia del Arte y presidente del Consejo Estatal para la Cultural y las Artes (CECA), Arturo Camacho.

Sin catálogos de las colecciones no se puede generar investigación. “No podemos trabajar, si no sabemos lo que tenemos”. Aunque existen algunos inventarios, éstos no cuentan la historia de la pieza ni su relación con otras; además que las autoridades culturales del Estado son ignorantes de los acervos de los museos de la Entidad, refiere Camacho.

Tampoco se ha impulsado la formación de curadores, expresa el presidente del CECA, quien señala que la falta de presupuesto no es un pretexto para trabajar porque con voluntad se podrían crear nuevas muestras. Sin embargo, no hay relación entre instituciones ni “estrategias creativas” para generar convenios que permitan la realización de seminarios de investigación.

El doctor en Historia del Arte comenta que hay colecciones importantes que podrían representar la cultura jalisciense en el mundo, y un ejemplo lo puso Monterrey en 1994 con la muestra Jalisco genio y maestría, que se presentó el Museo de Ar te Contemporáneo y en el Colegio de San Idelfonso. Aquí en la ciudad, es representativa la colección de pintura del Museo Regional de Guadalajara, que es la segunda más importante del país en arte del virreinato.  

Una de las propuestas que el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes presentará al gobernador electo, Aristóteles Sandoval, es la creación del Museo Clemente Orozco en el Instituto Cultural Cabañas para que ahí se  alberguen colecciones de creadores como José Clemente Orozco, Mathias Goeritz y Luis Barragán.

Acervos de calidad

Entre las colecciones públicas en Jalisco, Patrick Charpenel destaca dos: la del Museo Regional, aunque ésta pertenece al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH); así como la Colección del Pueblo de Jalisco, albergada en el Instituto Cultural Cabañas. En ninguna de éstas, se lamenta el curador, hay pieza alguna de José Clemente Orozco y las obras que se tienen de él son los murales y otras pinturas que le pertenecen al Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).  

Un factor benéfico para estos recintos son las exposiciones itinerantes con lo que se abre el diálogo con agentes culturales externos, explica el director de la Colección Jumex. Así, un recinto selecciona un conjunto de piezas que pertenecen a otro y las exhibe o un museo arma el repertorio y lo ofrece para visitas; también se da el caso de que dos instancias participan en la creación de una exposición para presentarse en ambos espacios.

En México no se tiene un reglamento por escrito que defina cómo se realizan los intercambios de piezas de arte; no obstante, el Gobierno tiene por “obligación moral” prestar sus obras sin costo alguno, agrega Cecilia Wolf, directora del Instituto Cultural Cabañas.

Los coleccionistas privados no entran en el acuerdo, por lo que sus posesiones pueden o no ser prestadas a los museos; en estos casos las condiciones son puestas por los dueños de las obras. Los recintos que desean atraer exposiciones deben pagar el transporte, el seguro, el montaje y la vigilancia interna, y estos convenios pueden variar, de acuerdo con la persona o instancia con la que se trate.

Aseguradoras de arte mexicanas trabajan sólo en territorio nacional

Porque el traslado de piezas de arte desde otros países resulta muy caro, y tanto los expositores como los museos prefieren tratar con aseguradoras internacionales cuando su obra rebasa las fronteras, las empresas locales dedicadas a esta labor regularmente trabajan sólo en México.

Alicia Esparza, quien labora en la aseguradora AXA, explica que la práctica de proteger obras de arte en Jalisco es “mínima” en comparación con otros rubros en los que se especializa esa empresa. No obstante, la modalidad de seguro a obra de arte sí es obligada cuando ésta se traslada de un museo a otro, o desde el domicilio de un particular.

“Normalmente lo que se maneja es a escala nacional, si las piezas son europeas, o de otros continentes, ellos (el país que compartirá su exposición) cubren el seguro hasta la República Mexicana, y una vez aquí ya nosotros (las empresas mexicanas) cubrimos desde donde llegue al museo donde se vaya a montar la exposición”.

El procedimiento es simple: los interesados en el traslado de piezas se acercan a la aseguradora y ésta solicita una cotización para conocer el valor real de las obras. Con base en ello se fija el porcentaje que se cubrirá si durante el traslado resultan daños.

Refiere que difícilmente podrían clasificarse “caros o baratos” los costos, pues todo depende de la valuación de las piezas. Y aunque asegura que “no es muy socorrido” el aseguramiento de obras de arte, sí es un requisito indispensable que tanto expositores como museos y coleccionistas priorizan al momento de movilizar su acervo para exposición.

FRASE

"No existe ninguna colección pública de ningún museo en Jalisco con un dibujo o una pintura de José Clemente Orozco, que pertenezca al pueblo de Jalisco "

Patrick Charpenel, director de la Colección Jumex