Colegas y amigos externan condolencias por la muerte de Héctor Mendoza

Muere Héctor Mendoza a sus 78 años de edad
CIUDAD DE MÉXICO (30/DIC/2010).-  Como un artista que le dio un tinte peculiar al teatro nacional en las últimas décadas y un gran formador de decenas de generaciones de actores, fue descrito hoy por amigos, colegas y familiares, el dramaturgo mexicano Héctor Mendoza (1932-2010), quien falleció anoche a causa de un infarto al miocardio.  

Entrevistadas en una agencia funeraria ubicada al sur de la Ciudad de México, donde el director escénico es velado, las actrices Julieta Egurrola, Marcelina Pelaez y Margarita Sanz, así como el académico Tibor Bak-Galel, calificaron el deceso como 'una gran pérdida para el teatro y la dramaturgia mexicana'.  

Para la primera actriz Julieta Egurrola, Héctor Mendoza fue "el tronco" de un movimiento escénico en México, un gran formador de actores y actrices.  

Conmovida hasta las lágrimas, Egurrola recordó con cariño a su "maestro", a quien calificó como un hombre que dedicó su vida al teatro mexicano.  

"Era una gente con la que podías hablar de teatro, él insistía mucho en que los actores éramos creadores; fue un hombre muy riguroso con el trabajo, una persona que se dedicó a hacer lo que más le gustaba", expresó la actriz, quien detalló que el dramaturgo falleció minutos antes de la media noche por complicaciones diabéticas.  

Por su parte, Angelina Pelaez recordó a Mendoza como el fundador del Centro Universitario de Teatro, así como 'un gran maestro y un hombre de siglo'.  

"Yo me doctoré con él, me dio las herramientas elementales y más importantes de mi carrera, fue un hombre que tuvo una gran influencia en mí, fue como mi padre, mi gurú y mi maestro", señaló.  

La actriz Margarita Sanz ubicó al creador escénico como su guía y una persona que tenía un amplio conocimiento teatral.  

Compartió que el dramaturgo tenía en pie un proyecto teatral que iniciaría el próximo año y agregó que Mendoza retomaría la docencia en el Colegio de Literatura Dramática y Teatro de la UNAM.  

"Fue un hombre que le gustaban los pasteles y el café y tuvo una hermosa vida productiva, creativa; cada aplauso que yo recibo el 80 por ciento es para él y el 20 para mí", dijo.  

Tras reconocerlo como una persona seria, responsable, puntual y exigente, el coordinador del Colegio de Literatura Dramática y Teatro de la UNAM, Tibor Bak-Galel, reiteró que la muerte de Mendoza representa una gran pérdida para la dramaturgia mexicana.  

"Fue un artista muy valioso, que le dio un tinte muy peculiar al teatro nacional; no es una exageración afirmar que desde hace tiempo es parte del inventario del teatro nacional", concluyó Tibor.