Alejandro Camacho, grabados del corazón

TAPALPA, JALISCO.- "El grabado no es una moda que ahorita es popular y al rato se nos olvida. Siempre va a haber artistas trabajando en él". Quien habla es Alejandro Camacho, maestro de grabado que este fin de semana ofrece el taller TAPALPAgrabaJUÁREZ en dicho Pueblo Mágico.

En el improvisado taller, ubicado en el corazón de la localidad, Camacho observa a sus "alumnos" trabajar con las diversas técnicas del grabado, como la punta seca sobre acrílico, la aguantina sobre cobre y el aguafuerte.

El nombre de la actividad se debe a que los trabajos que allí se realizaron giraron en torno a la temática de las "Desaparecidas de Juárez", un lamentable fenómeno social del que emana este grito artístico en forma de tributo.

Quienes toman el taller no son sólo los amantes del viejo estilo del grabado mexicano, ése que hiciera tan famoso José Guadalupe Posada con sus catrinas.

También hay jóvenes, que con precisión milimétrica trabajan sobre la superficie que les fue asignada. "El grabado se ha beneficiado mucho con las nuevas tecnologías -explica Camacho-, pues ahora se cuentan con herramientas digitales que permiten hacer trabajos mucho más detallados y finos, cosas que antes hubieran sido imposibles".

El maestro sabe bien de lo que habla. Hace casi una década descubrió su vocación para enseñar a otras personas a apasionarse por este arte. "En el taller se ve a gente con interés. No se trata de algo para iniciados. Así no hayan hecho un solo grabado en su vida, encuentran que esta actividad es placentera. Aquí no hay trabajos buenos ni malos, el arte siempre es un ejercicio de apreciación".

Sentimiento y obligación

Mientras los asistentes al taller se concentraban ayer en sus grabados, el maestro reunía las palabras para explicar por qué le llamó la atención el tema de las mujeres desaparecidas en Ciudad Juárez. "Finalmente, el arte es una forma de expresar, exclamar, y lo que aquí hacemos con los grabados es lanzar un clamor por justicia ante una situación que perjudica a toda la sociedad", explica el también maestro de Artes Plásticas.

El grabado mexicano, recuerda Camacho, se ha caracterizado por su afilada crítica a los problemas sociales, llevado por grandes nombres del arte como Juan Soriano, José Luis Cuevas y José Guadalupe Posada, quienes "no dudaron en utilizarlo como un medio de expresión donde jamás hubo lugar para el temor. Y ese tipo de valor es algo que yo quiero enseñar a quienes asisten a este tipo de talleres".

Sin embargo, acepta que con la partida de varios de los grandes del arte del grabado, toca a esta generación renovar tanto sus técnicas como sus temas. "En Europa existe desde hace tiempo una verdadera revolución en la forma en que se crea el grabado, es algo que ya sucede en México, pero a escala más pequeña. Sin embargo, el avance tecnológico es algo inevitable". En ese sentido, se congratula de que varias universidades del país cuenten ya con equipos de última generación, con lo que desestima que el grabado esté en “vías de transformación".

Mientras dice esto, a su izquierda, un hombre que toma el taller se le acerca y le muestra uno de sus grabados. El maestro le hace un comentario y luego mira a la mesa, donde varias jóvenes siguen absortas en su labor. "Ellos son el ejemplo de que este arte sigue vigente. Y lo repito, no es una cuestión de moda".

Francisco González Rodríguez, enviado especial