Jueves, 25 de Abril 2024
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Jalisco

Ante obras fallidas, recomiendan captar lluvia y renovar redes

Guadalajara tiene tres décadas sin nuevas fuentes de abasto de agua, sin embargo, la que cae en cada temporada de lluvias equivale al consumo de un año

El Informador

La metrópoli suma tres décadas sin nuevas fuentes de abasto de agua, ante las obras fallidas. Por eso las alternativas son la captación de las lluvias en las ciudades y la rehabilitación de las redes del SIAPA para evitar fugas.

Arturo Gleason, académico de la UdeG, dice que el agua de lluvia debe ser fuente primaria, pues la que cae en Guadalajara en un temporal equivale a todo el líquido que se consume al año. 

Otra solución es renovar la red obsoleta en la metrópoli, pues 20% se desperdicia en fugas. En la pasada administración se estimaron 10 mil millones de pesos para atender este problema.

La capital del país es el ejemplo para aprovechar agua de lluvia

En 2019, la asociación civil Isla Urbana trabajó en conjunto con el Gobierno de la Ciudad de México para la instalación masiva de sistemas de captación de agua de lluvia en las zonas donde hay problemas de abasto, que cada vez son más. “Instalamos 10 mil sistemas en las alcaldías de Iztapalapa y Xochimilco y el Gobierno eligió instalarles a todos un tinaco de dos mil 500 litros de capacidad”, expuso Nabani Vera Tenorio, enlace de la asociación.

Este sistema puede aprovechar la estructura de la casa, el negocio o el terreno; por ejemplo, si la finca ya cuenta con un depósito, se conecta a éste y también a la red del agua potable.

El abasto depende del tamaño de la superficie del techo, pero también de la capacidad del depósito, del número de personas que viven en la casa y la cantidad de lluvia, según donde se encuentren o la Entidad federativa. 

“Por ejemplo, si en esa ciudad llueven seis meses al año,  pues por lo menos seis meses van a tener agua corriente y en abundancia, porque lo que consumes hoy en la mañana o en la tarde, en la noche que cae el aguacero ya se rellenó el depósito. Es el gran beneficio”.

Isla Urbana es un proyecto que pretende beneficiar a más personas.  “El fin es detonar la captación de lluvia como una práctica de abasto sostenible de agua limpia. A través de la vinculación con los Gobiernos locales tratamos de implementar estos sistemas en zonas de alta precariedad hídrica, que van de la mano con un alto nivel de marginación”.

Pero la falta de agua  ya no es un problema exclusivo de la población marginada. Por ejemplo, el actual desabasto en más de 200 colonias de la Zona Metropolitana de Guadalajara (por el bajo nivel en la presa de Calderón) y la explotación de mantos freáticos, afectaron a todos los niveles sociales.

El costo promedio de cada sistema es de 20 mil pesos, con materiales, instalación y capacitación. La asociación anticipa que los han buscado de Guadalajara, por lo que se analiza la posibilidad de generar un programa piloto. “Si el Gobierno estatal hace la cuenta de cuánto se gasta en las pipas repartiendo agua por todos lados, además del costo ambiental por el combustible y extraer el agua de los mantos, le sale más barato instalar sistemas de captación de lluvia”.

Académicos y asociaciones civiles piden a las autoridades cancelar las presas para abastecer a las ciudades. Recomiendan sistemas de captación de lluvia en las casas y renovar las redes del SIAPA para evitar fugas. EFE/Archivo

RECOMENDACIONES

Nuevas construcciones, con mejor adaptación

Los sistemas de captación de agua de lluvia no son muy complejos ni de alta tecnología, pues sólo se requiere del techo, del depósito y algún equipo para separar el agua de las primeras lluvias, pues ésta no se debe aprovechar porque está contaminada por la acumulación de la suciedad de todo el tiempo que no llovió.

Varias empresas han desarrollado tecnología para estos sistemas, para que sea fácil desechar esa agua, recordó Josué Sánchez, director de PHHS Ingeniería, empresa de Guadalajara dedicada al diseño de proyectos de gestión integral del agua.

Recordó que lo mejor es instalar el sistema en nuevas construcciones y sólo costará entre 18 mil y 30 mil pesos, lo que se eleva un poco cuando ya existe el inmueble.  “En una construcción nueva las tuberías se pueden ocultar en muros y pisos, y las cisternas se pueden enterrar. Cuando se trata de una construcción existente, se tiene que adaptar: excavaciones, romper pisos y muros, lo que hace variable el costo”.  Estos trabajos suman alrededor de 20 mil pesos más el costo del equipo.

GUADALAJARA

Urgen sistemas de medición de reservas

Si no se puede medir el nivel de los acuíferos que abastecen a la Zona Metropolitana de Guadalajara ni la pérdida en las redes, no es posible estimar la magnitud del problema del desabasto que hay en la ciudad, por lo que la población será cada vez más vulnerable a quedarse sin el líquido sin previo aviso, alerta el investigador Arturo Gleason.

Actualmente, la información que se divulga sólo son estimaciones de la Comisión Nacional del Agua, que refiere que ya están sobreexplotados los acuíferos de Atemajac, Toluquilla y Tesistán.

La Universidad de Guadalajara no tiene la capacidad para montar un sistema de medición, explica Gleason, pues los equipos son caros y se requieren muchos, además del mantenimiento. “Estamos hablando de 100 mil hectáreas...  estos equipos de medición subterránea deben estar en el orden de 500 millones a mil millones de pesos”.

Sin embargo, es una inversión necesaria para medir el nivel de los acuíferos, la lluvia, los escurrimientos, así como la infraestructura para tener la certeza del agua en las tuberías, la que se consume y la que se pierde por fugas o evaporación.

“El principio básico de la administración es saber cuánto tengo y cómo lo puedo manejar.  Si en eso estamos fallando, sin tener datos precisos,  ¿cómo estamos manejando el agua? Pues con mucha imprecisión y con pronunciamientos que no están fundados. ¿Qué pasa con un enfermo? Lo tienes que monitorear”, advierte Arturo Gleason.

En Guadalajara, 73.5% de las líneas de agua potable tienen entre 31 y 80 años de antigüedad. EL INFORMADOR/Archivo

CLAVES

Redes caducas detonan fugas

Rezago. Más de 10 mil millones de pesos se requieren para la sustitución de las redes de agua y alcantarillado obsoletas en Guadalajara.

Ductos. De tres mil 457.9 kilómetros de líneas para el servicio de agua potable en este municipio, en la pasada administración se estimó que dos mil 544.1 (73.5%) deben ser sustituidas por tener una antigüedad de entre 31 y 80 años, por lo que se requieren cuatro mil millones de pesos para una renovación total.

Aumento. En el caso del alcantarillado se necesita una inversión de seis mil millones de pesos para remplazar las redes viejas.

Recuento. En 2010, el SIAPA reconoció que tardaría  54 años para abatir el rezago en las líneas de abastecimiento en Guadalajara. El problema es que para esa fecha el resto de las tuberías de Zapopan, Tlaquepaque y Tonalá, que registran una menor antigüedad, también cumplirían su vida útil.

Zonas. Las colonias con redes de agua más vulnerables son: Centro, Americana, Analco, Capilla de Jesús, La Loma, Moderna, Sagrada Familia, Belisario Domínguez, La Perla, Balcones de Oblatos, Del Fresno, Jardines de los Arcos y Lomas del Paradero, entre otras. En total, 154 colonias padecen esta situación. Esas tuberías obsoletas y los daños en las tomas domiciliarias provocan que miles de metros cúbicos de agua se desperdicien diariamente en fugas.

Problemas. Cambiar esta infraestructura hidrosanitaria es un reto para el SIAPA;  sin embargo, el gasto corriente y operativo, así como las deudas, reducen la capacidad financiera del organismo para resolver el problema a fondo en el corto y mediano plazos.

El Bajío y zona industrial, con el mayor gasto

Si bien los tapatíos gastaron más agua entre abril y junio del año pasado, con 221 litros por habitante al día, el consumo de todo el año promedió 212 litros. 

El Sistema Intermunicipal de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA) respondió por Transparencia que, en junio pasado, el mayor consumo de agua se dio en la zona comercial 36, ubicada en la zona del Bajío.

Aunque sólo hay 33 cuentas, en promedio cada una gastó 18 mil 254 litros al día. En el mapa proporcionado, la zona colinda con Periférico, Prolongación Santo Tomás de Aquino y Avenida Vallarta, en el municipio de Zapopan.

Otro punto con gasto elevado fue la zona 50, en el municipio de Guadalajara, con mil 332 litros al día en cada una de las siete mil 077 cuentas. Este espacio se ubica en la zona industrial Sur y es el cuadrante que colinda con Lázaro Cárdenas y las calles Juan de la Barrera, Pedro García y Colón.

En contraste, en la zona de Santa María Tequepexpan reportaron el menor consumo, con un aproximado de 251 litros diarios por domicilio, así como 282 litros de agua al día por cuenta en Toluquilla, en Tlaquepaque.

A unos meses de que inicie el temporal, a la par del problema del desabasto de agua, no es posible que todo el líquido que caerá se desperdicie, por lo que se debe implementar una política pública para obligar a los grandes usuarios a implementar sistemas de captación de lluvia.

“Todos los centros comerciales, las empresas, las oficinas de Gobierno, las universidades y todos los grandes usuarios, que se les obligue a captar el agua de lluvia. Esa política pública tiene que ser reglamentada”, manifestó María González, integrante del Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario (Imdec).

Antes, las autoridades deben resolver el problema del desabasto en el corto plazo en las colonias de la ciudad. “Se tiene que usar agua de otras fuentes que abastecen a la Zona Metropolitana de Guadalajara, fundamentalmente del Lago de Chapala y el agua subterránea. No se puede seguir cortando el agua a estas colonias”.

El SIAPA calculó que las pérdidas físicas del agua o las fugas en las redes rondan el 20% del total. EL INFORMADOR/Archivo

GUÍA

¿Cuánto se desperdicia en la metrópoli?

En la administrada pasada del SIAPA, el organismo calculó que las pérdidas físicas del agua o las fugas en las redes rondaban el 20% del total.

Las redes obsoletas y las pérdidas que éstas generan son una constante en todos los organismos operadores. Sin embargo, la pérdida asciende al 28%, en promedio. De ese porcentaje, 8% es por la submedición (que no se puede medir o que se va por fugas clandestinas).

La Comisión Estatal del Agua también subrayó que si bien se había manejado un promedio del 40% de pérdidas por fugas de agua, se trata de una generalidad en el país que ha promediado la Asociación Nacional de Empresas de Agua y Saneamiento (ANEAS), pero “cada organismo tiene sus diferentes porcentajes”.

Antonio Gómez Reyna, académico de la Universidad de Guadalajara, dijo que en países como Japón, el porcentaje está entre el 4% y 5%, pues han mejorado sus esquemas a través de un programa continuo de reparación. “Lo que sucede es que aquí se cayó el sistema de mantenimiento”. Y destacó que hay trabas técnicas, administrativas y hasta políticas que inciden en que ese sea el panorama actual.

Por su parte, el investigador Arturo Gleason indicó que hay centros de mando en ciudades como Berlín, en las que opera un sistema que monitorea la red entera y detecta tanto el caudal como la presión, de tal forma que las fugas se localizan de inmediato.

En Guadalajara, la clave  principal  para avanzar en ese sentido está en la sectorización de las  redes del SIAPA. Y contar con nuevos medidores. 

Antonio Gómez Reyna  argumentó que, además, las autoridades deben apostar por la reutilización del  líquido sin acercarse a la óptica simplista de  “privatizar” para mejorar sus servicios, pues hay puntos del mundo en los que llegan dos litros, pero al reutilizarse hasta dos veces, se convierten en seis.

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