Si alguna vez has experimentado una conexión Wi-Fi lenta o inestable en casa, es posible que el problema no esté en tu proveedor de internet, sino en la ubicación de tu router. Un detalle crucial que muchas personas pasan por alto es la regla de los 30 centímetros, una recomendación simple pero efectiva para mejorar la señal inalámbrica.Este principio indica que el router debe colocarse al menos a 30 centímetros de distancia de cualquier objeto que pueda interferir con la señal. Esto incluye paredes gruesas, espejos, electrodomésticos, muebles metálicos y otros dispositivos electrónicos como televisores, microondas o teléfonos inalámbricos. La razón detrás de esta regla es que estos elementos pueden bloquear o reflejar la señal Wi-Fi, reduciendo su alcance y estabilidad.El Wi-Fi opera mediante ondas de radio que pueden ser absorbidas o desviadas por ciertos materiales. Cuando un router se encuentra demasiado cerca de superficies metálicas o equipos electrónicos, las interferencias pueden generar zonas muertas o disminuir la velocidad de conexión. Respetar la distancia mínima de 30 centímetros ayuda a que las ondas se propaguen de manera más eficiente y sin obstáculos.Además de seguir la regla de los 30 centímetros, puedes aplicar estos consejos para optimizar tu red inalámbrica:Siguiendo la regla de los 30 centímetros y aplicando estas recomendaciones, notarás una mejora significativa en la estabilidad y velocidad de tu conexión Wi-Fi.BB