El año pasado, el temor al impacto de un asteroide de tamaño considerable contra la Tierra se volvió una posibilidad real cuando la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) descubrió al ahora llamado 2024 YR4, una roca con tamaño estimado entre 40 y 90 metros al que se le calculó una probabilidad de colisión de 3.1 %.Apenas en mayo pasado se hizo un ajuste, tanto a la probabilidad de una colisión como a la trayectoria de la misma: la primera aumentó a entre 3.8 y 4.3 %, la segunda se ha desviado de nuestro planeta y ahora su sitio de impacto más factible, de ocurrir, sería la Luna. ¿Buenas o malas noticias?Según los escenarios que se plantearon para una colisión contra la Tierra, el asteroide 2024 YR4, de medir hasta 50 metros, estallaría al friccionar contra la atmósfera y, aunque con la potencia equivalente a 3 megatones (tres bombas como la Estados Unidos detonó sobre Hiroshima), su efecto a ras del suelo sería una onda expansiva que destruiría ventanas e daños a estructuras en ciudades cercanas al sitio del estallido. Por otra parte, si su tamaño fuera cercano al máximo calculado, 90 metros, las estructuras no sólo serían dañadas, sino que serían derribadas, lo que permite pensar en personas heridas o incluso muertas.Para nuestra fortuna, el impacto en la Luna no representa mayor riesgo, ni para nosotros ni para nuestro satélite.Según medios dedicados a la divulgación científica, el asteroide 2024 YR4 sólo crearía un cráter más en la superficie lunar, sin cambios en su órbita, inclinación o masa.Según los cálculos más recientes del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS) de la NASA, el 22 de diciembre de 2032 se producirá el acercamiento que pudiera terminar en colisión. Los científicos aún tendrán otra oportunidad para afinar sus pronósticos, pues en 2028 el asteroide volverá a pasar cerca de la Tierra y se podrán ajustar variables de órbita, velocidad y masa. La esperanza está puesta acercarse a una probabilidad de 1 % o menos de que la roca toque nuestro planeta.