La historia de esta aventura comienza allá, en el corazón de la Rioja Alavesa, al Norte de España. Son los últimos suspiros de otoño, cuando el viento de la tarde comienza a silbar con un peculiar frío. Estas palabras se escriben mientras se consumen los últimos días de viaje, uno que ha estado sembrado de sorpresas en una región famosa por su exquisito vino. Pero ninguna historia anterior ni posterior se parece a lo que descubrí en aquel momento. Nada se asemeja al Hotel Marqués de Riscal.La intención era conocer las bodegas de Vino Marqués de Riscal, que vienen fabricando esta bebida desde finales del siglo XIX. Convertidos en clásicos para la industria a nivel mundial, ellos no se han dormido en sus laureles. Se han reinventado una y otra vez, sin perder su esencia, y la fuerza de esta eterna transformación se encuentra en el hotel que descubren mis ojos.Abierto en 2006, el Hotel Marqués de Riscal brilla por sus formas espectaculares, sinuosas y brillantes, que lo hacen resaltar en el entorno de Rioja. El diseño emanó de la mente de Frank O. Gehry, uno de los arquitectos más destacados a nivel mundial. ¿Te suena el nombre? Otra de sus obras más destacadas es el Museo Guggenheim de Bilbao.Construido en piedra arenisca y con cubierta de titanio, el edificio forma parte de la cadena Marriot Internacional está integrado a las bodegas (que a su vez se modernizaron y ampliaron) y forma parte de un gigantesco conjunto llamado “Ciudad del vino” que aglomera, además del hotel, dos restaurantes: Bistró 1860 y Marqués de Riscal.Aunque la imagen exterior del hotel hace que todos los ojos se posen en él, es al entrar que es el corazón cae rendido. Son los detalles pequeños los que vuelven a un especio espectacular en lo visual, algo entrañable para los sentidos.Camino sin prisa. Pasear por su interior es una delicia. Me encuentro con espacios amplios, lujosos y de imperante buen gusto, cuenta con 43 habitaciones (de las cuales 10 son suites). Cada una diferente e integrada de firma espectacular a la arquitectura asimétrica del edificio. El personal, atento, tiene una sonrisa y una respuesta ante cualquier duda.Pensar en llegar y caer en una de las suaves camas del hotel es tentador, pero hay mucho, mucho más por descubrir. El recinto cuenta con una vinoteca y una biblioteca lounge con chimenea. Además, los huéspedes pueden explorar la zona inferior del edificio, donde se encuentran las legendarias bodegas de Marqués de Riscal.¿Pequeño secreto? Hay una sección llamada “La Catedral”, santuario donde se encuentran custodiadas botellas desde las primeras añadas de la empresa (1862). Sobra decir que estas botellas son tesoros que no tienen precio y el poder admirarlas es en sí, tocar un poco de la rica historia de Rioja.Terminar el día con una buena cena y una rica copa de vino en alguno de los dos restaurantes del hotel es una experiencia que bien vale el viaje. La gastronomía de la región es famosa por el equilibrio de sus sabores y la exquisita preparación que imprimen los chefs a cada uno de los platillos que integran el menú. Conocer la Ciudad del Vino del Marqués de Riscal (el hotel, los restaurantes y el spa de vinoterapia) es un “must” para todo aquel viajero que desee adentrarse en el fascinante mundo del vino en Rioja. Para explorarla a placer, la empresa dispone de una página de internet donde es posible hacer reservaciones (indispensables para que tengas la mejor de las experiencias). Visita www.marquesderiscal.com donde ponen a disposición de los viajeros un formulario de contacto.Las visitas son de lunes a domingo y tiene un precio de 16 euros por persona. Incluye tour a la bodega y cata dos vinos, acompañados de salchichón y chorizo riojanos. Dura 90 minutos aproximadamente. Marqués de Riscal, en sus variedades de vino tinto, blanco y reserva lo puedes encontrar en City Market sucursal Plaza Patria. Perfecto para comenzar a enriquecer tu cava y disfrutar de una experiencia muy española.
