Algunos viajes comienzan sin mayor propósito que el de explorar caminos jamás andados y dejarse sorprender. Fue así como llegué a San José de Gracia, una localidad de Tepatitlán donde todavía se respira ese aire puro y parsimonioso de los Altos. Un rincón donde aún es posible hacer una conexión con las raíces más profundas de la cultura jalisciense.Para llegar a San José de Gracia tomé un autobús desde la terminar de Tepatitlán. En esta temporada donde las fríos se intercalan con periodos soleados, los campos, cerros y cañadas de nuestro Estado les regalan a los viajeros un dorado espectacular.San José de Gracia se reconoce fácil a la distancia gracias a una de sus edificaciones más hermosas: La Parroquia del Señor San José, punto de encuentro para los habitantes de esta pequeña ciudad y también uno de los testimonio en cantera de la maestría de los artesanos y constructores de Jalisco.Es cierto que las dos torres ricamente trabajadas en cantera son el símbolo a la distancia, pero no debes dejar pasar la oportunidad de entrar a la parroquia. Los muros interiores están decorados en un verde suave, casi pastel. En el altar se encuentra la imagen de la Virgen de Guadalupe, muy adorada en la localidad -al lado de San José-. Disfruta de una tarde diferente en esta bella ciudad.YR