Viernes, 19 de Abril 2024

Permanecer en el amor es permanecer en Cristo

Definirse por Cristo y vivir con fidelidad sus enseñanzas es riesgo, es reto, es difícil

Por: El Informador

Desde los inicios de la historia, como nos muestra la historia de Adán y Eva, hemos buscado culpables en nuestra historia, y esto se sigue repitiendo a diario. ESPECIAL

Desde los inicios de la historia, como nos muestra la historia de Adán y Eva, hemos buscado culpables en nuestra historia, y esto se sigue repitiendo a diario. ESPECIAL

* Décimo domingo ordinario
* Dinámica pastoral UNIVA

LA PALABRA DE DIOS

PRIMERA LECTURA
Génesis 3, 9-15

“Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya; y su descendencia te aplastará la cabeza, mientras tú tratarás de morder su talón”.

SEGUNDA LECTURA
Segunda carta de san Pablo a los corintios 4, 13-5, 1

“Dios nos tiene preparada en el cielo una morada eterna, no construida por manos humanas”.

EVANGELIO
San Marcos 3, 20-35

“Si un reino está dividido en bandos opuestos, no puede subsistir. Una familia dividida tampoco puede subsistir”.

La multitud llena por completo la plaza principal convocados por las alegrías de las fiestas. Todos contentos, todos son una multitud y cada uno por dentro, cada uno encierra sus pensamiento, sus afectos sus inclinaciones y su placer.

En eso suena en el templo vecino la primera llamada; las campanas invitan a la misa de las 12:00 del día. Todos las oyen, unos las escuchan y algunos las obedecieron y de rodillas le tributaron culto a Dios en la Santa misa.

Allí está el misterio del hombre. El hombre pensador, pensante es “el arquitecto de su propio destino”.

En este domingo décimo ordinario el Santo Evangelio presenta el tremendo dilema: Jesús, el Hijo de Dios predica con su palabra, con su vida, con sus milagros, la nueva alianza, primero el pueblo escogido de Israel.

Las multitudes escuchan y lo aclaman y las multitudes, otros opinan que está fuera de juicio, hasta que está poseido por un espíritu maligno.

Así, entre el amor y el odio, entre el bien y el mal, entre la verdad y la mentira, entre la fidelidad y la infidelidad ,y entre el don divino que santifica y del pecado que degrada, es traída y llevada la opinión en la mente y en la boca de todos.

Cristo es el más auténtico y el más alto blanco de contradicción. Entonces se manifestaron por Él los que lo amaron hasta dar su vida por él y los que muy satisfechos fueran testigos en el momento en que dio su último aliento en lo alto de la cruz y bajaron ya un cuerpo sin vida para dejarlo bajo tierra y con una enorme piedra en la boca de la tumba.

Ahora, en el Siglo XXI, ante la persona de Cristo el drama es el mismo; la indiferencia de muchos por ignorancia, por apatía o por su necia entrega a las cosas materiales manifiesta a esas multitudes ante Cristo; y hoy, ha habido los exaltados que lo han llevado a muerte ignominiosa a lo que ha confesado su fe en Cristo, su amor a Cristo, su fidelidad a Cristo.

Y el cándido ejército de los mártires, es la fecundidad de los testigos; y la sangre de los mártires es semilla de cristianos, escribió Tertuliano con los albores del cristianismo.

Siempre, entonces y ahora la iniciativa ha venido de Dios y la respuesta: siempre del hombre, siempre ser cristiano es riesgo, es valentía.

Por la fe y los sacramentos el cristiano se engendra en el misterio pascual.

Nunca ha sido fácil, ni lo será el hecho de ser cristianos; no sólo cuando eran perseguidos por sus propios parientes en el primer siglo en Jerusalén cuando tenían que ocultarse en las catacumbas de la Roma de los Césares.

También ahora definirse por Cristo y vivir con fidelidad sus enseñanzas es riesgo, es reto, es difícil.

José Rosario Ramírez M.

¿Quién es el culpable?

Adán al ser enfrentado por Dios después de haber comido del fruto prohibido, responde presuroso, la mujer que me diste ella me incitó… y Eva a su vez: la serpiente me engañó.

Desde los inicios de la historia hemos buscado culpables en nuestra historia, y esto se sigue repitiendo a diario: La culpa es del gobierno, la culpa es de la Iglesia, los culpables son los candidatos, los culpables son los medios de comunicación, los culpables son los hijos, los culpables son los padres… así con una lista interminable. Y esta interminable lista se puede reducir a que la culpa siempre será de los otros.

No existe caso en que el hombre resista la tentación de esconderse detrás de las culpas ajenas. Frente a Dios que hace la pregunta ¿dónde estás?, debemos aprender a presentarnos en la verdad de nuestra realidad, no importa que sea como la desnudez de Adán, que le avergonzaba, no busquemos la justificación tonta que terminara por delatarnos aún más.

El Señor que es bondad y misericordia, está dispuesto a cubrirnos con el perdón, con tal de que dejemos de cubrir torpemente nuestra desnudez con las palabras más tontas que podamos imaginar convenientes para culpar a todos y escondernos en nuestra desnudez.

La lucha plena, efectiva y sincera contra el mal, solamente es posible si asumimos animosamente toda la responsabilidad, el reconocimiento pleno nos permite la convivencia sincera, evitando la acusación contra el otro, no se trata de decir, estaba mejor cuando estaba solo, porque no es verdad, la única diferencia, es que al no estar solo puedo culpar al otro. Pero con Dios esto no funciona, ya que él nos cuestiona, para generar en nosotros una interpelación, nos lleva a tomar conciencia, nos lleva a la verdad, ya que solo así habrá un cambio autentico y progreso en cada uno de nosotros.

Aprendamos a dejar las excusas y enfrentemos con responsabilidad la verdad, evitando culpar a todos para cubrir nuestra desnudez.

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