El pasado jueves se presentó el libro “El agua en la memoria” de Marcos Kurtycz, en homenaje al polifacético artista polaco-mexicano. La sede para presentar este título coordinado por Anna Kurtycz fue el Auditorio Ing. Enrique Dau Flores, del Colegio de Ingenieros Civiles del Estado de Jalisco.Nacido en Polonia en 1934, Marcos fue un artista experimental y transgresor de la plástica en México. Su viuda, Mercedes Escamilla, fue la moderadora que pasó la voz a los tres amigos de Marcos, que lo conocieron en distintas etapas y que compartieron e testimonio de su persona y el libro.El primero en tomar la palabra fue Alfonso E. Islas Rodríguez, profesor de la UdeG e investigador. El breve texto que leyó tuvo énfasis en la autora, hija de Marcos, de quien fue profesor en la escuela de biología. Alfonso comentó que lo conoció en 1988, con un performance en el Museo Tamayo del a Ciudad de México: “Desbordada su pasión por todos los poros”, afirmó. De su llegada a México y la posterior migración de su hija, Islas dijo: “Existe un algo extraño en los caminos de Marcos, de Polonia a México y ahora de Ana… El humano ha sido nómada desde sus orígenes africanos”. Por ello mismo, agregó, “Los muros son absurdos”, respecto a las políticas xenófobas que pululan actualmente.Para seguir con la presentación, el poeta Jorge Esquinca fue el siguiente en versar sobre Marcos “Para mí consiste en una celebración”, apuntó sobre la publicación del libro. Del libro, aclaró que está compuesto de testimonios, acompañado también por ilustraciones que dan cuenta de su trabajo. Para ejemplificar su obra, en el auditorio del Colegio de Ingenieros Civiles del Estado de Jalisco se montaron representaciones gráficas de su obra, como una lotería diseñada por Marcos.Al comienzo de su intervención, Jorge calificó a Kurtycz como un artista único en su género . En su presentación, comenzó por leer un texto poético y descriptivo sobre las intervenciones de Marcos. De la palabra performance, Esquinca aclaró que a Marcos “no le gustaba”, pues prefería referirse a estas acciones artísticas como “un ataque”.Para el artista, estos ataques eran siempre una acción urbana, pública, “muy pensada pero que parecía surgir casi de la nada”, dijo Jorge. Estos performance o ataques sorprendían a todos los paseantes, al ser “un acto extraordinario”. Entre sus intenciones estaba invitar a pensar, a cuestionar la realidad sobre temas como el agua. Entre sus performance está uno, precisamente, donde se proponía pensar qué pasaría si nos quedáramos sin agua.El último en tomar la palabra fue el escritor Juan José Doñán, quien recurrió a la serendipia para articular sus anécdotas alrededor de Marcos. El cronista recordó que en 1977 Marcos interpretó su primer performance en Guadalajara. Del trabajo del artista, Doñán comentó otras facetas, como su labor como diseñador gráfico al crear la maqueta de edición de los Folletos del Fondo de Cultura Económica. A propósito de las publicaciones periódicas, citó también el suplemento cultural que editó y en donde aparecieron imágenes creadas por Marcos, algunas para ilustrar textos de Esquinca (mancuerna que repetirían). En cuanto a su creación y legado, Juan José afirmó que este libro es la punta del iceberg de la obra de Marcos, “un talento inquieto”.DR
