Los tiempos modernos han cambiado profundamente nuestra rutina. La oficina, el tráfico y las filas para todo tipo de trámites se han convertido en el “pan nuestro” de cada día. Y una de las actividades que han salido perdiendo en todo este ajetreo es el buen comer.Con un tiempo más limitado, muchas veces tenemos que ser selectivos al momento de elegir el alimento. Y dentro de las múltiples opciones que tenemos sobre la mesa, una que levanta la mano gracias a su diversidad de presentaciones, poder nutritivo, adaptabilidad y sabor es la papa.Este tubérculo, domesticado desde hace siglos por los pueblos precolombinos de América del Sur, se ha convertido en un ingrediente esencial en la gastronomía de diversos países, que lo han adoptado como propio. Las cocinas de España, Irlanda, Francia, Rusia, Japón y México no podrían pensarse sin la sazón que le otorga la papa.Jill Rittenberg, manager global de marketing de Potatoes USA, explica para los lectores de EL INFORMADOR una de las principales bondades de este alimento: “La papa se puede consumir fresca, deshidratada o congelada, lo que abre un enorme abanico de posibilidades para prepararla. Además es rica en fibra, almidones, antioxidantes, vitaminas y minerales. ¡Ah! Y tiene más potasio que el plátano, por ejemplo”.En años recientes, la Unión Americana se ha convertido en uno de los grandes productores y promotores de papa, justamente luego de que diversos estudios demostraran lo nutritivo que resulta este tubérculo.