Con la temprana llegada de la época de calor, tan inclemente y dura —acentuada por los evidentes estragos del calentamiento global—, la temporada de lluvias se vislumbra como un oasis casi cercano. Quizá, está de más decir que las precipitaciones representan un proceso meteorológico vital para el equilibrio del planeta, pues permite la recarga de acuíferos y el llenado de presas, fundamentales para el abastecimiento de agua.De acuerdo con la Coordinación General de Protección Civil y Gestión Integral del Riesgo (SGIRPC), la intensidad de estos fenómenos puede acarrear condiciones climáticas adversas como el fenómeno de La Niña, el cual estará presente durante 2025.El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) indicó que este año la temporada lluviosa comenzará oficialmente en mayo y concluirá en noviembre, abarcando aproximadamente seis meses. Según la plataforma Meteored, si las proyecciones actuales se mantienen, mayo podría registrar precipitaciones superiores a lo habitual en más del 50% del territorio mexicano. Estados como: Experimentarán acumulaciones de entre 25 y 75 milímetros por encima del promedio histórico.En contraste, zonas como el noreste del país, el Altiplano Central y el Valle de México podrían iniciar la temporada con lluvias por debajo del nivel normal, aunque se prevé un repunte significativo a partir de junio. También se anticipan condiciones regulares en regiones del sur de Puebla, Morelos y el sur del Bajío.Debido a la intensidad de las precipitaciones pronosticadas, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) emitió recomendaciones para disminuir los riesgos, especialmente en zonas propensas a inundaciones o deslizamientos, como áreas cercanas a cuerpos de agua o laderas.*Mantente al día con las noticias, únete a nuestro canal de WhatsApp. AO