Viernes, 17 de Mayo 2024

Vecinos de Tlajomulco piden extender a más calles y brechas la búsqueda de artefactos explosivos

Los atentados del 11 de julio y el estallido más reciente, el pasado lunes, tienen en alerta a los vecinos quienes optaron por cambiar algunos hábitos

Por: Héctor Escamilla

Cualquier persona que pase el cerco de seguridad, de entrada o salida, es sometido a inspección. EL INFORMADOR / H. Escamilla

Cualquier persona que pase el cerco de seguridad, de entrada o salida, es sometido a inspección. EL INFORMADOR / H. Escamilla

Para los habitantes de la cabecera municipal de Tlajomulco, en particular quienes viven en la zona norte del poblado, existe temor de caminar por algunas calles y brechas ante el riesgo de toparse con un aparato explosivo enterrado. Los atentados del 11 de julio y el estallido más reciente, el pasado lunes, tienen en alerta a los vecinos quienes optaron por cambiar algunos hábitos.

Sobre la calle Flaviano Ramos, 200 metros antes del punto donde fue la explosión del 11 de julio, está una patrulla de la Policía Estatal atravesada. La indicación es que nadie pase hacia el cerro, a menos que sea propietario de alguna parcela o predio. En donde está la patrulla, monte arriba, ya no quedan más viviendas. Cualquier persona que pase el cerco de seguridad, de entrada o salida, es sometido a inspección.

Los vecinos mencionan haber visto en las últimas horas a unidades de la Policía Estatal y del Ejército en la zona, pero no han atestiguado las labores de búsqueda de explosivos que las autoridades dijeron se llevarían a cabo. Sin embargo, piden no sólo se revise la calle de Flaviano Ramos, sino otras calles que también dirigen a los montes, como Melchor Ocampo Norte, Fray Antonio Alcalde o Eugenio Zúñiga y múltiples brechas que atraviesan estos caminos.

“Es más inseguro y tenemos miedo que haya otra explosión. Todas las tardes subía la gente a la mina, hay una mina arriba del cerro; ya casi no se ve gente que camine para allá”, expresó una madre de familia, vecina de la zona; “quieras o no, ya no es la misma libertad, no puedes andar como antes”; complementó el padre de la entrevistada.

El cerro conocido como Las Antenas o El Tinaco (por un depósito de agua en la parte alta), era un espacio usado por senderistas y ciclistas. Después del ataque del 11 de julio, los visitantes se redujeron y después del estallido del lunes, la gente simplemente decidió no ir más.

“Nunca había pasado nada, hasta esta vez del trueno. Ni fosas clandestinas, nunca ha habido nada. Diario andamos por aquí. Sí nos da miedo que nos vayan a aventar otra bomba, que vaya a haber otro trueno. Aquí, este camino por las tardes, siempre subían las mujeres con los niños, a hacer ejercicio, suben o bajen por aquí o por aquel lado (apunta hacia la calle Melchor Ocampo). Pero ahora la gente tiene miedo, ya no suben”, explicó un hombre que se dirigía al rancho de su hermano para ayudarle con sus vacas. Mencionó que baja del cerro entre ocho y nueve de la noche y ahora su descenso es más precavido.

MF

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