La reunión se pactó a las cuatro de la tarde en el Parque Rojo, donde comenzaron a llegar mujeres integrantes de colectivos para marchar en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que convocó finalmente alrededor de 350 de ellas.Eran pocas las que llegaron temprano para participar en las mesas reflexivas previas, unas 20. Incluso consideraron que si la convocatoria fuera poca caminarían por la banqueta rumbo a Chapultepec y hacia la glorieta Niños Héroes.Las reflexiones tenían un rasgo en común: la organización. Se lanzaron tres preguntas, qué les impide organizarse para discutir su situación; qué le impide a cada una organizarse a nivel colectivo; y cómo podían fortalecer la organización entre los distintos grupos.Algunas de ellas tomaron la voz para dar respuesta a las dificultades que enfrentan para discutir en grupo, desde la falta de tiempo por el trabajo o las tareas del hogar, recorrer grandes distancias de sus casas al Centro y el miedo de regresar por la inseguridad, y hasta el temor por los prejuicios hacia el feminismo entre el círculo social, familia o trabajo.Entre las ideas para sortear las dificultades hubo fortalecer la comunicación en redes sociales y hasta promover taxis y guarderías feministas.Cecilia, una de las participantes, explicó que sí hay organización pero falta estrechar lazos entre grupos.A las seis y media partió una columna de unas 350 mujeres, según la Policía Vial, que tomaron primero dos carriles de Juárez pero que terminó por extenderse sobre los cuatro. Las integrantes de colectivos y familiares de víctimas de desapariciones o feminicidios caminaban y exigían justicia, seguridad y el fin del machismo."¡Señor, señora, no sea indiferente, se mata a las mujeres en la cara de la gente!", gritaban ante los pocos espectadores a lo largo de Juárez, y ante los muchos que las vieron pasar cuando caminaron por Chapultepec. "¡Escucha, hermana, si te pega no te ama!".Sentido común es lo que falta, informarse y hacer algo, insistió Elena, un de ellas, quien ocultaba su rostro con un paliacate.Explicó la necesidad de que todas sepan los trámites, los lugares de denuncia, albergues y todo lo necesario en caso de enfrentarse a la violencia y ayudarse entre ellas, actuar a final de cuentas, por ejemplo, estar atentas de casos de violencia, si tienen un cuarto extra en sus casas ofrecerlo a una mujer que necesite refugio, una cuenta de Uber para dar traslado a una mujer en riesgo.Hacia las ocho de la noche llegaron a la glorieta donde tomaron la palabra. "¡No estamos dispuestas a que nos sigan matando, este 25 de noviembre gritamos ni una más!".GC
