Una extraña noticia se dio a conocer en EL INFORMADOR el sábado 20 de mayo de 1922 que desconcertó a los y las tapatías de hace más de un siglo. Se trató de una "lluvia de piedras, que parece cosa de brujas". El evento fue presenciado por muchas personas y nadie pudo explicarlo. Hoy recordamos esa noticia que dejó a todos desconcertados. La noticia relataba los acontecimientos de "espíritus chocarreros" en el populoso barrio de Mexicaltzingo, sobre la avenida Colón, donde "han ocurrido hechos verdaderamente desconcertantes" de los que fueron testigos, el presidente municipal de aquel entonces, José G. Zuno y el agente del Ministerio Público, Alberto González, además de muchas personas más. La casa número 480 de la avenida Colón, residencia de una familia de apellido Cueva, era una finca no muy antigua para aquellos años, con departamentos y patios amplios, provistos de energía eléctrica, pero según sus habitantes fue el escenario de historias sobrenaturales.Una de sus propietarias, narró en aquel tiempo para EL INFORMADOR, que en las primeras horas de la noche cayó sobre el patio una lluvia de piedras de manera intempestiva, pero su procedencia fue imposible de averiguar. Al principio, relataba, creían que era una broma. Pero luego de dos o tres días, se escucharon ruidos en la azotea, que hicieron creer a los habitantes que podría tratarse de ladrones.Pero después, hubo otra lluvia de piedras, más considerable, que se prolongó por casi cuatro horas. Por lo que las personas que habitaban la finca decidieron buscar ayuda de la policía. Al lugar llegaron más de 15 gendarmes y corroboraron que algunas de las piedras tenían un peso de entre cuatro y cinco kilos. Entre quienes asistieron estaba el presidente municipal Zuno, que vivía en una casa de esa misma manzana.Y aunque todos los policías subieron a la azotea para verificar de qué se trataba, incluido el alcalde, nadie pudo reconocer el origen del fenómeno.Lo asombroso del caso, comentaba el relato, es que las piedras venían de varias direcciones y dañaron varias partes de la casa. De hecho, el agente del Ministerio Público aseguraba que se trató "de algo anormal, pues no llegaba a concebir que sea ser humano quien pueda arrojar, de muy larga distancia, piedras tan grandes como las que cayeron en el patio de la casa, sin llegar a ser visto por el numeroso grupo de gendarmes y de particulares que subieron a las azoteas en los momentos de lluvia".Un caso de la Guadalajara de antes que no tuvo esclarecimiento y quedó como leyenda.* * * Mantente al día con las noticias, únete a nuestro canal de WhatsApp * * *OA