A seis meses de su regreso a la presidencia de Estados Unidos, la administración de Donald Trump ha consolidado una política económica y comercial con resultados directos, consideró Rodrigo Aguilar Benignos, analista internacional con sede en Washington y miembro del Consejo de Relaciones Exteriores de Estados Unidos.Para el especialista, la estrategia de "América Primero" ha impulsado cinco puntos clave que, para el analista, enmarcan los principales logros del actual gobierno estadounidense.La primera clave, dijo, se encuentra en el uso del comercio como una herramienta de poder: se elevó el nivel de tensión geoeconómica, llegando a establecer guerras comerciales temporales que generaron un entorno favorable para la agenda de la Casa Blanca, señaló.De esta estrategia, destacó el especialista, se desprende el segundo logro: una recaudación récord por concepto de aranceles. El gobierno recaudó más de US$ 87 mil millones en los primeros seis meses de 2025, "una cifra sin precedentes, gracias a la imposición de aranceles de entre 10% y 25% sobre importaciones provenientes de China, México, Canadá, India y la Unión Europea".Aguilar Benignos comentó que la tercera línea de acción "fue el abandono del multilateralismo en favor de acuerdos bilaterales" pues, tras las presiones comerciales, la administración promovió tratados con países como Reino Unido, China, Vietnam e Indonesia.Destacó que, si bien se mantuvo el T-MEC, se negoció por separado con Canadá y México, logrando compromisos de compra de productos agrícolas y energéticos estadounidenses. Un cuarto punto del éxito de la política económica fue la relocalización de cadenas de suministro.Empresas como Mercedes-Benz, Toyota o Stellantis anunciaron reubicaciones parciales de sus operaciones hacia Estados Unidos, motivadas por presiones arancelarias y beneficios fiscales.Finalmente, Aguilar Benignos destacó la consolidación de una agenda proteccionista estructural, enfocada en el crecimiento de sectores estratégicos."La administración ha sido efectiva en demostrar su compromiso con una política comercial proteccionista, enfocada en el crecimiento impulsado por sectores estratégicos, acompañado de desregulación administrativa y reducción de trámites para promover la inversión", señaló el analista.Sin embargo, para Aguilar Benignos, esta estrategia no está exenta de retos para lo que resta de la administración. Uno de los desafíos principales, dijo, es mantener la aprobación y el apoyo público. El especialista indicó que encuestas recientes muestran una caída significativa en la aprobación de Trump, especialmente entre el electorado más joven, que fue crucial para su victoria.De la mano de esto se encuentra el segundo reto: cumplir las metas económicas y mantener la estabilidad. Para el analista, será fundamental contener la inflación, generar empleos bien remunerados y reducir las desigualdades, especialmente en los sectores que conforman su base electoral, todo ello antes del nombramiento del nuevo presidente de la junta de gobernadores de la Reserva Federal en 2026."Altas tasas de interés, junto con un déficit fiscal creciente por recortes de impuestos y aumento del gasto federal, podrían presionar negativamente el crecimiento del PIB", advirtió.El riesgo de recesión y sobreendeudamiento fue el tercer desafío mencionado por el analista. Si el déficit supera el 7% del PIB en 2026, sería inevitable implementar ajustes fiscales que, a decir de Aguilar Benignos, suelen ser impopulares.El cuarto reto, indicó, son las tensiones globales, ya que el proteccionismo prolongado podría llevar a represalias de otros países, distorsionar las cadenas de suministro y encarecer productos esenciales, lo que afectaría el poder adquisitivo del consumidor estadounidense.El analista señaló el reto del "posible desfase tecnológico y la pérdida de competitividad en ciertos sectores, dado el énfasis de la actual administración en industrias tradicionales como el petróleo, el carbón y la manufactura pesada."El énfasis en industrias tradicionales (petróleo, carbón, manufactura pesada) puede dejar rezagados a otros sectores clave del futuro como tecnología, energías renovables y semiconductores", comentó.En cuanto al impacto histórico de esta administración, el analista afirmó que cada gestión deja una huella. En el caso del inicio del segundo mandato de Trump, los primeros seis meses muestran una clara intención de consolidar una agenda comercial proteccionista sin precedentes.Afirmó, la administración de Trump aumentó las tarifas a un nivel superior al de cualquier otra administración anterior, incluida la Tarifa Smooth-Hawley de 1930. Aguilar Benignos destacó una característica histórica adicional: la relación entre la agenda comercial y la exigencia del aumento del gasto militar y la protección a esta industria, especialmente con la Unión Europea, donde se reconfiguró la participación y protección militar de la OTAN."La estrategia de Trump es que logró réditos de empujar los cálculos de pérdidas de iniciar una guerra comercial con Estados Unidos, calculó la presión y las demandas para cada socio comercial y amagó con un peor trato comercial de no llegar a un acuerdo en estos términos", explicó el especialista.La relación con México, de cara al futuro, afirmó, "se mantiene en un entorno de alta incertidumbre", aunque para el analista, es un socio comercial insustituible para Estados Unidos. Aguilar Benignos mencionó que tras la llamada entre la presidenta Claudia Sheinbaum y el presidente Trump, México ganó tiempo y evitó un escenario peor, mientras Estados Unidos mantuvo su posición de ventaja.El principal desafío en la relación bilateral, según el analista, consiste en separar las agendas comerciales de las de seguridad y migración, "que hoy están profundamente entrelazadas y complican las negociaciones", además de que la práctica de concesiones temporales, como las prórrogas de aranceles, sigue alimentando la incertidumbre económica, finalizó el especialista.NA
