El Papa León XIV se reunió por primera vez este jueves con los miembros de la comisión asesora del Vaticano para la protección infantil, en un contexto marcado por cuestionamientos sobre su manejo previo de casos de abuso sexual clerical y por las demandas de los sobrevivientes, quienes exigen la implementación de una política auténtica de tolerancia cero en toda la Iglesia católica.La Comisión Pontificia para la Protección de Menores, compuesta por expertos —tanto religiosos como laicos— en la prevención del abuso, así como por víctimas sobrevivientes, calificó el encuentro de una hora como un “momento significativo de reflexión y diálogo del compromiso de la Iglesia con la protección de los niños y las personas vulnerables”.El grupo informó que puso al tanto al primer papa estadounidense de la historia sobre sus actividades recientes, entre ellas una iniciativa para asistir a comunidades eclesiásticas en las regiones más empobrecidas del mundo, ayudándolas a prevenir el abuso y brindar apoyo a las víctimas.El Vaticano no publicó el texto de las declaraciones de León XIV ni puso a disposición de la prensa el audio de la audiencia.El papa Francisco fue quien creó esta comisión al comienzo de su pontificado para asesorar a la Iglesia en la adopción de buenas prácticas. Encargó su dirección al cardenal Sean O'Malley, entonces arzobispo de Boston y uno de sus colaboradores más cercanos.Sin embargo, a medida que el escándalo global de abusos se intensificó durante los 12 años de pontificado de Francisco, la comisión perdió peso dentro del Vaticano. Su recomendación más destacada —la creación de un tribunal para juzgar a obispos que encubrieron a sacerdotes abusadores— nunca llegó a implementarse. Con el paso del tiempo, la comisión fue reformada y renovada, y hoy actúa como un espacio donde las víctimas pueden hablar de sus abusos y donde los obispos reciben orientación. O'Malley, quien ya se retiró como arzobispo de Boston, sigue al frente de la comisión y encabezó la delegación que se reunió con León XIV en el Palacio Apostólico.A menudo ha recaído en O'Malley la responsabilidad de dar la cara en casos especialmente graves que llegan al Vaticano, incluido uno que todavía está pendiente en el escritorio del papa León XIV: el del exjesuita y artista religioso, el padre Marko Rupnik, acusado por al menos dos docenas de mujeres de abusos sexuales, psicológicos y espirituales cometidos a lo largo de décadas.En respuesta a las críticas por el aparente trato preferencial que recibió Rupnik por parte de la Compañía de Jesús, en 2023 el papa Francisco ordenó al Vaticano que dejara de lado el plazo de prescripción y procesara el caso por la vía canónica. Sin embargo, hasta marzo de este año, el Vaticano aún no había designado jueces para iniciar el juicio. Mientras tanto, las víctimas siguen esperando justicia y Rupnik continúa ejerciendo funciones ministeriales.León XIV, anteriormente el cardenal Robert Prevost —nacido en Chicago— ha sido reconocido por su papel en la disolución de un movimiento católico abusivo en Perú, donde ejerció como obispo durante varios años. Otros sobrevivientes han exigido que se le haga responsable por la forma en que manejó distintos casos durante su tiempo como superior de la orden agustiniana, obispo en Perú y prefecto de la Congregación para los Obispos en el Vaticano.El grupo estadounidense Survivors Network of those Abused by Priests (SNAP), principal organización de víctimas en Estados Unidos, también ha solicitado al nuevo papa que adopte la política estadounidense que establece que cualquier sacerdote acusado de abuso de manera creíble sea removido de manera permanente del ministerio.*Mantente al día con las noticias, únete a nuestro canal de WhatsApp. AO