El cardenal Robert Francis Prevost se convirtió en Sumo Pontífice de la Iglesia católica romana el pasado 8 de mayo y tomo como nombre León XIV. A partir de ese momento, el nuevo Papa asumió la encomienda no sólo de ser el jefe del Estado vaticano, sino el líder espiritual de mil 400 millones de fieles alrededor del mundo y, para hacerlo, echó mano de varias reliquias que lo acompañan en su ministerio petrino.Para los católicos del mundo, según las creencias de la Iglesia, una reliquia es digna de veneración porque se recuerda a aquel hombre o mujer que dieron testimonio de una vida ejemplar en la unión con Cristo, es decir, de santidad. Y aún más allá, son formas en las que se sigue evangelizando y se da testimonio de la vida apegada a las enseñanzas de Jesús.Es así como el Papa León XIV se acompaña de algunas reliquias minúsculas que porta en su cruz pectoral. Un artículo que además de representar el símbolo de cristianismo en el mundo, también es una especie de relicario.Al interior de la cruz de oro del Papa León XIV, de acuerdo a ACI Prensa, se encuentran reliquias de santos que lo acompañan en su camino como guía de la Iglesia católica universal.Según la agencia, la cruz fue un obsequio de la Curia General Agustiana cuando Prevost fue nombrado cardenal. "Cada reliquia simboliza una virtud pastoral: fidelidad, reforma, servicio y martirio".En la creencia católica, las reliquias son un medio para que Dios actúe a través de ellas para la sanación o el cuidado. Pero los especialistas en el tema subrayan que no son mágicas, como tampoco contienen poder propio, separado de Dios. Para la legislación canónica, las reliquias de los Beatos y de los Santos no pueden ser expuestas a la veneración de los fieles sin el correspondiente certificado de la autoridad eclesiástica que garantice su autenticidad.Con información de Aci Prensa* * * Mantente al día con las noticias, únete a nuestro canal de WhatsApp * * *OA