Jueves, 18 de Abril 2024

El político gay que quiere cambiar Polonia; "es mi momento"

Robert Biedron no excluye luchar por la presidencia del país centroeuropeo en un futuro

Por: EFE

Este activista gay está acostumbrado a desafiar con su condición sexual en un país donde aún pesan mucho los valores tradicionales y católicos. FACEBOOK / Robert Biedroń

Este activista gay está acostumbrado a desafiar con su condición sexual en un país donde aún pesan mucho los valores tradicionales y católicos. FACEBOOK / Robert Biedroń

Robert Biedron es un político polaco abiertamente gay que se ha propuesto cambiar su país y hacer "todo lo posible" para arrebatar el poder al partido "antidemocrático" que dirige su país, un reto para un hombre que es esperanza de la izquierda y que asegura que la sociedad polaca está hoy preparada para un líder homosexual.

"Es mi momento para intentar cambiar Polonia", dice Biedron, actualmente alcalde de Slupsk (norte), de 100 mil habitantes, y con ese objetivo creó el mes pasado un movimiento político para concurrir a las próximas elecciones europeas y polacas de 2019, aunque no excluye luchar por la presidencia del país centroeuropeo en un futuro.

El enemigo político a batir es el Gobierno del partido Ley y Justicia (fuerza que ganó con mayoría absoluta los comicios de 2015), al que Biedron ve como una amenaza para la democracia polaca, ya que se trata de una formación que "quiere imponer sus creencias a todos sin preguntar, y que ha asumido el control de las instituciones para usarlas a su antojo, como juguetes".

"Obviamente, con Ley y Justicia en el poder nuestro sistema político y nuestra vida comunitaria se están deteriorando y continuarán haciéndolo si vuelven a ganar, pero no lo harán, y yo haré lo posible para detenerlos", aseguró Biedron en una conversación durante la cual explicó las bases de su proyecto para cambiar Polonia y devolver a su país a una posición activa en la Unión Europea (UE).

Este activista gay está acostumbrado a desafiar con su condición sexual en un país donde aún pesan mucho los valores tradicionales y católicos y, de hecho, ya fue elegido parlamentario en 2011 y, posteriormente, alcalde de Slupsk, "a pesar de que muchos no daban nada por mí".

"Pero lo cierto es que -subraya- los polacos son mucho más progresistas de lo que se cree, y son generalmente nuestros políticos los que les dan mala fama, los que mantienen estrechos vínculos con los jerarcas de la iglesia Católica y a menudo siguen sus directrices y se alejan de lo que piensa la mayoría de la sociedad".

"Ésta ha sido una tara habitual de todos los gobiernos polacos", lamenta Biedron, quien recuerda que la sociedad polaca ha vivido una gran transformación en la última década, tal y como muestran los resultados de las encuestas en cuestiones como los derechos de los homosexuales, la secularización del Estado o la política de género.

"En definitiva -afirma- a los polacos realmente no les interesa tu vida privada si eres trabajador, respetuoso, confiable y tratas a la gente con respeto", añade este político de 42 años, para muchos la esperanza de la izquierda en un país donde esa tendencia, representada tradicionalmente por los jerarcas ex comunistas, carece de presencia parlamentaria.

Bajo esa bandera de la izquierda, Biedron se ha propuesto construir "una Polonia justa y solidaria", y cita a la ex candidata a la presidencia estadounidense Hillary Clinton cuando dice que aspira a "un país donde nadie se quede atrás, un país donde el desarrollo económico beneficie a todos y donde el Estado vele por los menos favorecidos".

Precisamente, las ayudas sociales son para Biedron una de las claves del amplio respaldo social del que disfruta el Gobierno de Ley y Justicia, que se muestra a la sociedad como adalid de los programas sociales en contraposición a la equidistancia de los gobiernos liberales anteriores.

"Ley y Justicia ha planteado una solución simple: 500 zlotys (unos 125 euros) por cada hijo a partir del segundo, y aunque puede que no parezca mucho, esa ayuda ha convencido a mucha gente para votarlos, lo que muestra el grado de abandono del gobierno anterior", considera Biedron.

"De alguna manera, Ley y Justicia le ha devuelto algo de dignidad a los polacos, pero al mismo tiempo les ha arrebatado su libertad, y creo que los hombres y mujeres polacos no deberían tener que elegir entre el apoyo del Estado y su libertad, sino que se merecen tener ambas cosas", afirma.

Por ahora es pronto para avanzar si el proyecto político de Biedron cuajará, aunque a este activista gay no le faltan ni energía ni ambición ya que, subraya, "somos millones los ciudadanos que no vamos a permitir que la democracia polaca perezca, que no permitiremos que Ley y Justicia arruine nuestro país".

OA

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