A días de rendir su primer informe y semanas de cumplir un año en el poder, el Gobierno de Pablo Lemus muestra cada día más su lado débil: la política. Los operadores políticos del gobernador, el secretario de Gobierno, Salvador Zamora y el líder de la bancada naranja en el Congreso, José Luis Tostado, han mostrado una evidente falta de oficio, y lo peor, la inexistencia de un proyecto político. Lo primero es atribuible a ellos y es decisión del gobernador mantenerlos o moverlos. Lo segundo es responsabilidad del gobernador, solo del gobernador.La claridad que parece tener el gobernador Pablo Lemus en materia de desarrollo económico no es igual cuando hablamos del proyecto político. Evidentemente representar a un Gobierno de Movimiento Ciudadano en un país dominado y gobernado en lo federal y en dos terceras partes de los Estados por Morena es un reto enorme y de no fácil solución. Requiere un trabajo fino, paciente y de mucha inteligencia política. Esa es su circunstancia, como él mismo lo expresó, no obstante, las acciones no parecen responder a ello.Así como decimos que el presupuesto es la expresión numérica de la voluntad política, la agenda de un gobernante es la expresión tangible de su visión política. Visto desde fuera (con las virtudes y defectos que eso representa) el principal problema político del gobernador está en la Ciudad de México, en la relación con el Gobierno federal. Su agenda, sin embargo, está en Jalisco, particularmente en la zona metropolitana, y cargadamente con el sector empresarial. Todos tendemos a hacer en el trabajo lo que nos sale mejor y dejamos de lado lo que no nos gusta o no se nos da con facilidad. En el caso de los gobernantes la tendencia es a afianzarse en un grupo pequeño de colaboradores que suelen reafirmar la voluntad del gobernante. Romper ese cerco y rehacer la agenda requiere no solo de valentía, sino de sabiduría política.La manera en que se enredó la Reforma Judicial en Jalisco es quizá la muestra más fehaciente, pero no la única, de la falta de oficio político de los operadores de Lemus. Lograron lo que parecía imposible: juntar a Morena con el PRI y el PAN en un solo proyecto. Más allá de las virtudes y defectos del proyecto opositor, el problema de fondo fue la falta de operación, pues el proyecto del gobernador no tuvo siquiera el apoyo de los diputados de su propio partido que claramente representan otros intereses.Así como el presidente estadounidense Bill Clinton identificó que el problema de su país en los años noventa era la economía y logró darle la vuelta primero a la campaña y luego a los objetivos de Gobierno, es claro que, en el Jalisco de hoy, la solución a los grandes problemas de seguridad, de infraestructura y gobernabilidad pasan por hacer más y mejor política.