Ya encarrerados en las buenas noticias acerca del Gobierno de la 4T, tenemos que separar las realidades de las fantasías y, como me gustan más las segundas que las primeras, empiezo a pensar en lo maravillosa que será la supercomputadora que ha anunciado Claudita. En primer lugar, me parece una inutilidad comprar esa máquina, ya que tenemos una mega superpresidenta, con M de mujer, que es un frontón: todas las bolas las devuelve; entonces, ¿para qué queremos una computadora que a lo mejor no sabe pedir perdón, cuando tenemos a Claudita, que ve todo multicolor? Y así, tenemos una máquina que determina las Farmacias Bienestar en puestos junto a taquería: ¡Cómase sus tacos y aquí lo curamos! Y ya llevan ocho millones de consultas, con lo cual ya nada más faltamos de consultar 130 millones, pero ahí vienen. Las medicinas se comprarán por computadora, ¡nada de trinquetes! Y aquí la maledicencia dice que no es que los hijos de cierto presidente sean quienes autoricen las compras, sino que el precio y la calidad serán lo determinante.También lanzamos una ley que decreta que llegaremos a la semana de 40 horas. Pero esa es promesa, porque ya hemos visto muchas leyes que se programan y no entran en concurso ni en realidad. Prueba de ello podría ser que nuestra amada Presidenta nos estableció que en cuanto tenga el Tren Maya carros de carga, va a bajar el precio de la gasolina; yo ni coche tengo, pero me entusiasma que baje el precio de ese producto. Muchos partidarios de los fifís dicen que no la bajan de precio porque le regalan a Cuba mucha gasolina, lo que yo no sé si es cierto o no, pero a mí no me importaría que regalaran el producto, siempre y cuando los cubanos, en vez de mandarnos médicos de dudosa capacidad, nos manden puros cubanos que, junto con los beisbolistas, es lo mejor que tiene la isla.Dijo nuestra amada mandataria que no va a ir a la inauguración del Mundial y que su boleto (yo creo que no necesita boleto) se lo regalará a una niña indígena a la que le guste el fut, y yo he pensado en qué le hizo esa pobre criatura inocente para que la siente en medio de los tiburones de la FIFA. Y los malditos conservadores, que fueron por Maximiliano a Miramar, afirman que no va porque le tiene miedo a la rechifla que tradicionalmente les han dado a los presidentes, tales como Díaz Ordaz y De la Madrid. Pero los bots de la izquierda y del movimiento dicen que no es cierto; que no va porque no le gusta el fut, y efectivamente Bulgaria nunca ha sido, que yo sepa, potencia futbolera.Por último, a donde sí va a ir es a la rifa de la FIFA, porque ahí se va a encontrar con un canadiense que no sé cómo se llama y con Trump, que la quiere mucho, pero al que le va a poner sus condiciones para poder seguir siendo amiguitos, porque si no lo cumple, nosotros sí sabemos defender la soberanía nacional y un soldado en cada hijo te dio.@enrigue_zuloaga