En un operativo realizado el lunes pasado por elementos federales en el municipio de Magdalena, a 73 kilómetros de Guadalajara, se detuvo a María del Rosario Navarro Sánchez, presunta operadora del cartel nueva generación (CNG), quien era buscada por la justicia estadounidense por lavado de dinero y por traficar fentanilo y armas, para que responda ante la Corte Federal del Distrito Occidental de Texas. Junto a ella se detuvo a Moisés Navarro Orozco.Ese mismo día en sus redes sociales, el titular de la Secretaría de Seguridad Pública del Gobierno federal, Omar García Harfuch, difundió que esa detención era fruto de la colaboración del Gabinete de Seguridad y el “optimo intercambio de información” con la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos y la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) de los Estados Unidos. De hecho, intervinieron elementos de esas agencias en las detenciones en Magdalena.Se trata, sin duda de una detención importante, como otras que se han realizado, junto con decomisos importantes de droga, en especial de fentanilo, sin que todo ello le parezca suficiente al Presidente Donald Trump, quien sigue dándole duro a la piñata del narco en México.De hecho, ese operativo en territorio jalisciense, junto con la aprehensión de Jesús Guzmán Castro, alias “El Chuy”, en Sinaloa, considerado el principal operador de “Los Mayitos”, facción del cártel de Sinaloa en pugna con “Los Chapitos”, desde hace más de 90 días, coincidió con la última provocación que soltó Trump al afirmar que la Presidenta Claudia Sheinbaum rechazó su propuesta de apoyar a México con el envío de tropas estadounidenses para combatir el narcotráfico por el “miedo” que le tiene a los poderosos cárteles de la droga que operan en el país, “por lo que ni siquiera puede pensar con claridad”.Si algo habrá que reconocer es que la Presidenta de México sigue con su estrategia de “cabeza fría” y no se ha enganchado en los ataques de su homólogo estadounidense. Lejos de ello, insiste una y otra vez que mantiene una buena comunicación con Trump y que no debatirá con él a través de los medios, sino en conversaciones directas como las cinco que ha tenido en los primeros 100 días que lleva de su segundo periodo en la Casa Blanca.Lo cierto es que las constantes muestras del poder corruptor y de fuego del narco en amplios territorios de México, como en la Región Altos Norte, la Región Ciénaga o Valles en Jalisco, le dan la razón al presidente de Estados en el sentido que tienen bajo su control cada vez más zonas del país porque las estrategias policiales empleadas hasta hoy no logran debilitar a los grupos del crimen organizado, y por ello México sigue sumido en una severa crisis de inseguridad y violencia.