Al día siguiente de la promesa del gobernador Pablo Lemus de que pacificaría Teocaltiche en mes y medio, que lanzó el miércoles pasado, vino un importante decomiso de un lujoso rancho en ese municipio, que hizo parecer que se daba un paso contundente para empezar a cumplir el compromiso.Versiones policiales que nunca fueron oficializadas por la Fiscalía estatal señalaban que esa extensa finca pertenecía al jefe de plaza y sus herederos, que por años ha respondido al cártel de Sinaloa y que el Cártel Nueva Generación quiere expulsar también desde hace años.Esa pugna por el control territorial de esa región estratégica por estar en el centro de la República Mexicana, y tener salidas carreteras prácticamente a todo el territorio nacional, es lo que explica la profunda crisis de inseguridad y violencia que ha acabado con la tranquilidad no sólo de los habitantes de Teocaltiche, sino también de Encarnación de Díaz y de Villa Hidalgo, sin quedar exentos de sobresaltos otros municipios de la zona Altos Norte y Altos Sur de Jalisco.Una prueba más de cómo pueblo y gobierno de Teocaltiche están atrapados en las vendettas y la guerra entre estos dos grupos delincuenciales, fue que cuatro días después del aseguramiento en el llamado rancho “Las Margaritas”, vino el lunes el asesinato, a plena luz del día y en un céntrico restaurante ubicado en la cabecera municipal, del número dos del Ayuntamiento, José Luis Pereida Robles, quien además de ser el secretario de gobierno municipal, fungía también como líder del PRI en ese poblado, a sus 35 años de edad.Apenas la semana pasada, este funcionario había lamentado, en declaraciones a distintos medios de comunicación, la muerte del jefe policial de Teocaltiche, Ramón Grande Moncada, y la desaparición de ocho policías municipales en febrero pasado, cuatro de los cuales aparecieron sin vida y los otros cuatro siguen desaparecidos, sin que ninguna autoridad informe del avance de su búsqueda.Luego de la desaparición de este grupo de uniformados que viajaban juntos a presentar sus exámenes de control y confianza, la Comisaría de Seguridad Pública fue intervenida, y la vigilancia quedó a cargo de policías estatales, de la Guardia Nacional y de soldados. Pese a que ese operativo interinstitucional no ha evitado que sigan los ajustes de cuentas (como el que se dio ayer en una lonchería donde le dispararon a dos mujeres) ni ha podido parar esa narcoguerra, ayer el gobernador reiteró su compromiso de pacificar Teocaltiche.Por la gravedad del asesinato del secretario del Ayuntamiento la atención se enfocó en toda la espiral de violencia en aquel municipio alteño, justo el día del informe del Fiscal de la República, Alejandro Gertz Manero, sobre el Rancho Izaguirre, que abrió, durante todo marzo, otro delicado frente por el tema de las desapariciones y el reclutamiento criminal, que mañana habrá que abordar.