En los dos periodos electorales previos pasó lo mismo: AMLO se acercaba peligrosamente a la presidencia, hasta que metía la pata. Desde las declaraciones poco afortunadas, los descuidos o hasta la ausencia en el debate que probablemente le costó la victoria en las urnas. El candidato de Morena ha ocupado tradicionalmente el lugar del “ya mero”. Esta vez parece que parte de la estrategia es mantenerse en silencio ante las provocaciones. Aprovechar el descontento con el PRI y nadar de muertito confiado en que tendría que pasar algo muy grave como para no ocupar la silla presidencial.Su equipo tiene claro que Andrés Manuel es, al mismo tiempo, su principal ventaja y su principal peligro. Lo mantienen a la vista aunque no en primer lugar. Es más importante la historia que se cuenta de él como un político cercano a los intelectuales, a los jóvenes, a los grupos vulnerables, que lo que nos ha demostrado su experiencia como servidor público.En este esquema le viene muy bien dejar que sean otros sus portavoces. Una de las voceras más llamativas ha sido su coordinadora de campaña, Tatiana Clouthier. Carismática y mordaz. Una mujer que le ha dado a López Obrador una imagen más fresca e incluyente (donde incluyente significa el cuento de que promueve la equidad de género con una mujer al mando). Conoce bien el sistema, porque además de tener una larga historia en una familia relacionada con la política, ha ocupado diferentes cargos en la administración pública.Podrían recriminársele muchas cosas, pero difícilmente falta de preparación o de agallas. Clouthier no ha perdido oportunidad de dar un gancho al hígado con sus declaraciones, como lo demuestran sus encuentros con Jorge Castañeda, Javier Lozano o Vicente Fox. Es un personaje tan atractivo que no titubea ni siquiera un poco cuando se trata de ser políticamente incorrecta. Así es como se ha colocado en un sitio de igualdad con respecto a quienes ocupan un puesto similar. Valga decir que en la vida pública y en la historia de este país, hay un gran mérito en ser mujer y tener una voz que genera y se suma al debate.También ha recibido mucha atención a causa de su manejo en redes sociales. Parece una nativa digital que intuye correctamente cuándo usar un meme, a quién responder o no, a qué trenes vale la pena subirse o cuáles debe dejar pasar. Para muchos de nosotros es esta astucia la que nos ha llamado la atención. Disfrutamos sus frases coloquiales y el sentido del humor con el que defiende a capa y espada el proyecto de ya-sabemos-quién.Aunque insisto, por trillado que parezca, lo más importante debe ser evaluar las propuestas. Ya habrá lugar para simpatías. Por lo pronto nos estamos jugando el destino de un país.
