Contra todos los pronósticos, la Presidenta Claudia Sheinbaum logró, luego de su novena llamada telefónica con Donald Trump, posponer tres meses la aplicación del 30% de aranceles a México sin ninguna condición, como sí lo hizo el presidente de Estados Unidos con el resto de los países a los que también había amagado con aumento de tarifas comerciales a partir del primer minuto de este primero de agosto.Cosa de recordar lo más reciente que pasó con la Unión Europea, y todas las críticas que se llevó su presidenta, Von der Leyen, el domingo pasado, que aceptó en vez de 30 un 15% de aranceles, además de comprometer inversiones por 600 mil millones de dólares en suelo estadounidense. Lo mismo hizo Trump con Corea del Sur y Japón, y no se diga con la India que le aplicó el 25%, o a Brasil al que amagó con un 50% para defender en su juicio al ex presidente derechista de aquel país, Jair Bolsonaro.Estos antecedentes, parecieron jugar a favor de México, porque Trump estaba recibiendo muchas críticas porque siempre posponía la aplicación de los aranceles que anunciaba a los países. Era la política del “TACO trade”, por sus siglas en inglés que significan que “Trump siempre se acobarda” a la hora decisiva, como ironizó y popularizó el columnista del Financial Times, Robert Armstrong. Como con el resto de los países finalmente ya no se acobardó, eso le dio margen para acordar con México aplazar su eventual aplicación de 30% de aranceles hasta el 1 de noviembre. Incluso tuvo el gesto de considerar “muy fructífera” la conversación con la Presidenta mexicana. Desde luego se debe ponderar el tono festivo con el que la Presidenta y su equipo presentaron este aplazamiento, pero habrá que reconocer que Sheinbaum lleva una racha invicta en la que al final de esas llamadas telefónicas ha logrado pausar los amagos de Trump, pese a su carácter caprichoso e imprevisible.Terminado este nuevo plazo el primero de noviembre, las negociaciones que se sigan realizando en los próximos tres meses bien podrían convertirse en las bases para la revisión del acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá, previsto para iniciarse en enero del 2026.Lo que no habrá que perder de vista es que, ligado al tema comercial, van de la mano las exigencias de la administración Trump en materia de combate a los cárteles de la droga y al tráfico de fentanilo, por las que se originó este último amago comercial.También habrá que tomar en cuenta que el endurecimiento de sus políticas en contra de los migrantes mexicanos, pueden provocar, junto con los reclamos por no estar satisfechos con los resultados del combate al narco del gobierno mexicano, medidas unilaterales y sorpresivas, con todo lo que ello implica en la generación de incertidumbre en los mercados y sus efectos en la economía mexicana, que ya padecemos por las amenazas de los aranceles que Trump ha mantenido todo el año.jbarrera4r@gmail.com
