Sábado, 31 de Mayo 2025

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Resurge el talento mexicano en la Gran Carpa

Por: Salvador Cosío Gaona

Resurge el talento mexicano en la Gran Carpa

Resurge el talento mexicano en la Gran Carpa

Es grato, y a la vez alentador, observar cómo el talento mexicano vuelve a asomarse con fuerza en los diamantes más exigentes del beisbol mundial. El arribo de nuevos rostros al firmamento de las Grandes Ligas no es cosa menor. Con la reciente incorporación de Marcelo Mayers a los Medias Rojas de Boston, y de Alejandro Osuna -nada menos que hermano del célebre Roberto Osuna, aquel extraordinario cerrador cuya carrera se vio truncada por problemas extradeportivos- se refrenda el hecho de que México sigue siendo semillero de beisbolistas con calidad, aunque a veces con el infortunio de que su disciplina no alcance al talento.

Ambos peloteros han debutado con aciertos: con el bate y con el guante, mostrando esa mezcla de temple, técnica y hambre de triunfo que tanta falta hace en una Liga donde la competencia es brutal y las oportunidades escasas. Con ellos, la cifra de mexicanos activos en la llamada Gran Carpa asciende ya a cerca de una veintena. Una cifra modesta si se compara con potencias como República Dominicana o Venezuela, pero significativa para un país que sigue peleando su lugar en la élite del beisbol profesional.

No se trata solamente de nombres nuevos, sino de una generación que combina juventud y experiencia. Isaac Paredes, por ejemplo, está teniendo una campaña tremenda con los Astros de Houston, tanto con el bat como con el guante, y ahí mismo figura César Salazar, receptor que, si bien está en el roster ampliado, ya se considera parte del equipo titular por méritos propios. En los Blue Jays, Alejandro Kirk se mantiene como una pieza confiable, y Ramón Urías, aunque afectado por la mala racha de los Orioles de Baltimore, sigue cumpliendo en lo individual.

En Tampa Bay, brilla Jonathan Aranda, una joya en bruto que ya empieza a pulirse al máximo nivel. Manuel Rodríguez se ha vuelto un recurso confiable desde el bullpen. Mientras tanto, Jarren Durán, con sangre mexicana y desempeño destacado como jardinero titular en Boston, es muestra del carácter que define a los nuestros.

Patrick Sandoval, en el pitcheo de los Phillies de Filadelfia -equipo que ha sorprendido a propios y extraños esta temporada-, junto con Taijuan Walker, otro brazo confiable, representan ese músculo tricolor en una zona tan crítica como el montículo. Y no podemos dejar fuera a Andrés Muñoz, quien bien podría estar llamado a ser el próximo cerrador élite de México, con su brillante desempeño en los Marineros de Seattle: una efectividad impecable y líder en salvamentos hasta la fecha. Podría convertirse en el heredero natural de figuras como Sergio Romo, Joakim Augustine Soria o el propio Roberto Osuna, hoy jugando en Japón.

En el terreno ofensivo, destaca nuevamente Randy Arozarena, quien, aunque nacido en Cuba, ha hecho de México su bandera deportiva. Su constancia y garra lo colocan entre los jugadores más emocionantes de ver en cada jornada. Raúl Tellez también aporta poder y presencia desde la inicial, mientras que Luis Urías, en Milwaukee, sigue siendo un engrane útil en su escuadra.

Los lanzadores Javier Assad y José Urquidy -el primero actualmente lesionado y el segundo recién llegado a Detroit- también aportan solidez desde la loma. Daniel Duarte, joven en recuperación con los Mellizos de Minnesota, representa la apuesta a futuro. Y no olvidemos a Giovanny Gallegos, hoy con los Dodgers, después de varios años consolidado en San Luis como relevista de confianza.

También es importante resaltar los nombres emergentes como Jorge Romero, Deomar Cruz, Tim Zornelas o Yovanny Meneses, quienes aún están en etapas formativas dentro del sistema, pero ya muestran atributos para, eventualmente, convertirse en titulares.

Así se va armando una nueva camada de peloteros mexicanos en Grandes Ligas: una mezcla de talento comprobado y juventud impetuosa. Pero como en toda expresión del deporte profesional, no basta con llegar, hay que mantenerse. Para eso, se requiere cabeza fría, entrega y, sobre todo, evitar los escollos de la indisciplina o la autocomplacencia.

Ojalá estas jóvenes promesas y consolidados referentes entiendan que hoy más que nunca se necesita algo más que talento para triunfar. Necesitamos profesionales que porten con orgullo la camiseta mexicana, pero también que estén conscientes de que representan a millones que ven en ellos el reflejo de un país que sabe pelear contra las adversidades.

En esta primavera del beisbol, florece una esperanza mexicana que, si se cuida y se cultiva, bien puede dar frutos históricos en los próximos años.

bambinazos61@gmail.com

@salvadorcosio1
 

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