Aunque pareciere que cada acción del actual régimen responde a ocurrencias, es inobjetable que se ciñen a manuales puestos en marcha en otras latitudes. Se ataca sistemáticamente atendiendo un “librito” que la Cuarta Transformación lleva bajo el brazo y ha derivado en un ejercicio para denostar a periodistas y medios de comunicación, quienes han entrado involuntariamente al juego denominado “¿Quién es Quién en las mentiras?” (de la semana); el nuevo pasatiempo del presidente Andrés Manuel López Obrador para ridiculizar al Cuarto Poder aun cuando dicho mecanismo haya resultado altamente cuestionable, sin rigor periodístico, mal dirigido, y carente de pruebas. Lo irónico es que Andrés Manuel, a quien se le contabilizan más de 56 mil mentiras en sus conferencias mañaneras, pretenda catapultarse como dueño de la verdad, algo así como “Pinocho acusando de mentiroso a Pepe Grillo”, o “El burro hablando de orejas”.Todos sabemos que el presidente no tolera la crítica, y los medios y las redes le han reprochado el fracaso frente a la pandemia, los 500 mil muertos por su fallida estrategia, la falta de apoyos a la micro y mediana empresa y emprendedores, los millones de empleos perdidos, el decrecimiento económico, la destrucción de instituciones, la militarización en el país, el desbasto de medicamentos, las muertes de niños y mujeres por falta de quimioterapias, los récords históricos en homicidios dolosos, su complacencia al narco, sus obras faraónicas, su apoyo ilimitado al barril sin fondo que es Pemex, los feminicidios, la inseguridad, la violencia, el retroceso en sus políticas públicas, la corrupción dentro de su gabinete, la impunidad en los casos Bartlett, Pío, Felipa, Irma Eréndira, y un largo etcétera. Así, su venganza es exhibir a comunicadores y medios como mentirosos a fin de debilitarlos frente a la opinión pública.El tema es que desde el miércoles los colocó en el banquillo de los acusados, y de los acosados, tras instaurar la nueva sección en su show matutino; un espacio desde el cual se continuará atacando y censurando el quehacer de los comunicadores, con la salvedad de que ya el ejercicio no estará a cargo de López, sino de Ana Elizabeth García Vilchis, a quien presentaron como periodista pero que incumple con los criterios mínimos para ostentarse de esa manera ante su falta de rigor en la tarea que le ha sido encomendada, sin menoscabo de que en su perfil de twitter se define como “chaira, feminista y Amlover”.Entre lo patético de este asunto, es que sus desmentidos al menos en el primer día no fueron sustentados, y se limitó a emitir comentarios en defensa de funcionarios del actual régimen. Forbes México le hizo ver, en una nota que le señalaron como Fake News, que se trató de una investigación colectiva con organizaciones internacionales y divulgada por The New York Times, pero que además, el contenido fue publicado el 19 de junio de 2017, es decir, la crítica era para Enrique Peña Nieto y no para Andrés Manuel. Así de ridículo el Quién es Quién de AMLO, y más aún, cuando al día siguiente, un informe de la consultora política SPIN, reveló que el presidente de México, ha hecho 56 mil 181 declaraciones falsas o engañosas en sus 641 conferencias matutinas. El Cuarto Poder ha recibido quizá más golpes que nunca en el actual sexenio y ya se verá si se decide a dar la pelea a un régimen que ha incurrido en toda clase de abusos hacia el gremio, y ahora los ha enrolado en el perverso juego del “Quién es Quién en las mentiras”, creado por Pinocho. opinión.salcosga@hotmail.com