A principios de los sesentas —concretamente en 1962— se publica el libro ‘Un proletariado sin cabeza’ de José Revueltas, donde en su esencia hacía referencia a un contingente revolucionario —la izquierda— dentro de la sociedad mexicana, pero carente de dirección, situación que a través de los últimos lustros cambió radicalmente en nuestro país.En el libro Revueltas habla de “Un México y su pueblo están llamados a desempeñar un papel de excepcional importancia en el destino de los venideros años inmediatos…”. Y habla del “cerebro histórico —que— constituye el partido proletario de clase, un cerebro, por ende colectivo; una conciencia organizada, resultado de pensar y luego pensar organizado colectivamente”.La idea central —aunque dirigida a otro nicho de nuestra sociedad actual— sobre el pensar, de manera colectiva y con un liderazgo, se puede aplicar a los acontecimientos que han hecho historia en los últimos días en México, que se refieren a la defensa que un sector de la población ha iniciado para impedir el desmembramiento del Instituto Nacional Electoral (INE).Porque después de las concentraciones en todo el país del domingo pasado quedó la confirmación de la inconformidad a las reformas electorales, pero a la vez surgió un cuestionamiento, después de esto, ¿ahora, que sigue?Hay muchas inquietudes, inconformidades, propuestas e ideas, pero hasta el momento no hay quien amalgame, alguien que conjunte todo eso en un plan maestro donde se hable de estrategias y metas a corto y largo plazo.Después la marcha, María Amparo Casar, Presidenta Ejecutiva de ‘Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad’, hablaba de cómo los mexicanos inconformes pueden colaborar dándole seguimiento a las controversias que se van a presentar ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), presionar a que el organismo resuelve pronto, que los partidos políticos colaboren para elaborar una agenda de reconciliación y concientizar para que se vote en el 2024. Excelente idea, pero ¿quién lo va a encabezar y por quién se va a votar en el 2024?Si bien es cierto que lo del domingo fue una sacudida a la realidad para el gobierno, quién del lado de la oposición va a encabezar el contrapeso. Quién va a darle forma y transformar las inquietudes en un plan político concreto de acción. Muchos quieren un cambio, pero nadie dice cómo. La falta de un líder a la vista, de una propuesta concreta solo nos hace pensar en que este es un gran movimiento, pero sin cabeza.Aunque los tiempos electorales aún no han iniciado, el gobierno ha tomado ventaja de su posición y la oposición está dispersa, dividida y confundida.Esta semana el periodico El Universal ha publicado un gráfico titulado ‘Se mueve tablero de aspirantes a la presidencia’. Ahí podemos ver como en Morena lidera la jefe de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, con 30 por ciento de la preferencia, seguida por el Canciller Ebrard con 21 por ciento. En la coalición PAN-PRI-PRD, Miguel Mancera tiene un 16 por ciento y Beatriz Paredes con 11 por ciento. Y en Movimiento Ciudadano, Luis Donaldo Colosio tiene 34 por ciento y nuestro ‘gober’ Enrique Alfaro está posesionado en segundo lugar con 19 por ciento. ¿Por quién se decanta?La verdad es que por parte de la oposición no hay nadie con personalidad, credibilidad y liderazgo que ‘ponga la cara’ y diga “aquí estoy”, que se le vean ‘tamaños’ de poder poder encabezar con arrastre un sector de la sociedad que pide a gritos’ un “hasta aquí”. Hay una oposición sin cabeza. El pronóstico para la elección del 2024 —parafraseando y descomponiendo el título de Gabriel Garcia Marquez— es ‘la crónica de una derrota anunciada’.¿Usted, qué opina?daniel.rodriguez@dbhub.net
