Viernes, 26 de Abril 2024

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México y el TLC

Por: El Informador

México y el TLC

México y el TLC

• Esta semana Razón y Acción.com.mx opina

Está planteada la posibilidad real de que el TLC sea denunciado por Trump y termine su vida útil, ya los estrategas mexicanos y canadienses contemplan esta posibilidad, que más que perjudicar a México, dañará a muchas empresas e industrias estadounidenses, como ya ellos mismos lo saben y lo han declarado, pero Trump como Gabino Barrera, no entiende razones.

Los conocedores señalan que más de 50% de las exportaciones de México a EU están fuera del ámbito del TLC, por lo que no serían afectadas y además, de terminar éste, México se acogerá a las tarifas y aranceles determinadas por la Organización Mundial del Comercio, de la que ambos países son miembros y que cuenta con aranceles bajos que ayudarían a las demás exportaciones, pero no sólo eso, sino que México tiene ya un comercio internacional diversificado, que se fortalecerá enormemente en dicho caso.

Por tanto, fuera el miedo y a ignorar a Trump, que sigue como chivo en cristalería y a fortalecer la relación con Canadá.

REGIONES
¿Qué se requiere? El desarrollo de seres humanos en lugar del de objetos de consumo

Según Cornelius Castoriadis, en su libro La insignificancia y la imaginación: diálogos (2002), las sociedades actuales requieren sobre todo de una “nueva creación imaginaria” que haga posible recuperar a la humanidad perdida. Según este prestigiado autor lo que se requiere, tiene en cuenta:

“…la crisis ecológica, la extremada desigualdad de la repartición de las riquezas entre países ricos y países pobres, la casi-imposibilidad del sistema de continuar su actual carrera, lo que se requiere es una nueva creación imaginaria de una importancia inexistente en el pasado, una creación que ubicara en el centro de la vida humana otras significaciones que no sean la expansión de la producción y del consumo, que plantearan objetivos de vida diferentes, que pudieran ser reconocidos por los seres humanos como algo que vale la pena. Esto exigiría evidentemente una reorganización de las instituciones sociales, relaciones de trabajo, relaciones económicas, políticas, culturales. Ahora bien, esta orientación se halla sumamente lejos de lo que piensan, y tal vez de lo que desean los humanos actualmente. Ésta es la inmensa dificultad con la que debemos enfrentarnos. Deberíamos querer una sociedad en la que los valores económicos dejaran de ser centrales (o únicos), en la que la economía fuese ubicada en su lugar como simple medio de la vida humana y no como fin último y en la cual, en consecuencia, renunciáramos a esta carrera loca hacia un consumo cada vez mayor. Esto no solamente es necesario para evitar la destrucción definitiva del medio ambiente planetario, sino también y, sobre todo, lo es para salir de la miseria psíquica y moral de los humanos contemporáneos. Sería necesario, pues, que de aquí en adelante, los seres humanos (ahora hablo de los países ricos) acepten un nivel de vida decente pero sobrio, y renuncien a la idea de que el objetivo central de su vida es que su consumo aumente de 2 a 3% por año. Para que acepten esto, sería necesario que otra cosa diera sentido a su vida. Se sabe, yo sé, qué puede ser esa otra cosa, pero evidentemente eso no sirve para nada si la gran mayoría de la gente no lo acepta y no hace lo necesario para que se lleve a cabo. Esa otra cosa es el desarrollo de los seres humanos, en lugar del desarrollo de los objetos de consumo”.

Así, se requerirían otras significaciones de la vida humana que la pongan en el centro —más allá de la expansión de la producción y el consumo—, con objetivos de vida diferentes, un despliegue real de las capacidades creativas, otros sistemas políticos con la participación de todos en la toma de decisiones; y otra organización de la transmisión de valores (saber ser) y de saberes técnicos (saber hacer), paideia inherente a la sociedad. O sea que se requiere una nueva pasión que supere la indiferencia. Así, para que se vuelva al desarrollo de seres humanos, más que al de objetos de consumo, se necesitaría superar la oposición entre pasión e indiferencia. Esta es una tarea contracultural que ya se ha comenzado más que por sus ventajas, por las consecuencias terribles de la exacerbada inclinación al individualismo, el desinterés y el aislamiento. Por esto, tan necesitados como estamos de desarrollarnos a plenitud, quizá con estas reflexiones, pueda cobrar más sentido valorarnos como seres humanos, mediante una nueva creación imaginaria como la esbozada por Castoriadis.

Por Margarita Camarena Luhrs

ATALAYA
Democracia y legalidad

Una sociedad democrática es más vulnerable al populismo, si carece de un buen sistema de controles de la legalidad y equilibrios de los poderes en juego y los habitantes son más vulnerables al populismo, si percibe que las instituciones están más al servicio de las élites y no de los habitantes en general y si existen áreas sociales con pérdida de control, como la inmigración, la seguridad y la impunidad. Pero no hay duda que las Democracias se sostienen y funcionan cuando respetan y están vigentes los derechos de los ciudadanos y los habitantes en general, privar de derechos a alguien es la excepción cuando se vulneran los derechos de los demás o se incurre en una conducta antagónica que lesiona la convivencia y la paz sociales.

Los habitantes de todo país democrático tienen derecho a que su derecho de ciudadanía sea transferido de generación en generación, dentro de la unidad de lo que entendemos por Estado y a que el propio Estado se comprometa a respetar sus derechos individuales, que ahora se denominan “humanos”, aclarando que en mi concepto no existen más que derechos humanos, puesto que el ser humano es el único sujeto de ellos, los demás entes y seres vivos o inertes, no pueden ser sujetos de derechos, pero sí objeto de los mismos. La legalidad es precisamente la garantía de que el gobierno (que no hay que confundir con el Estado), se comprometa a velar, respetar y hacer valer los derechos de todos y cada uno de sus habitantes y cuando la misma se vulnera, como sucede actualmente en Venezuela, el Gobierno, que no el Estado, pierde su legitimidad y su respetabilidad y debe ser aniquilado por las fuerzas democráticas y las del orden, para reinstalar la legalidad y la democracia.

Por Sergio López Rivera

FILOSOFÍA COTIDIANA
¡Porque me lo merezco!

Alguien afirma por ahí que, en el proceso cotidiano de enseñanza–aprendizaje: “No existen alumnos flojos, sino alumnos desmotivados”. Situación que no deja de tener en sí algo de razón; más, si lo viésemos con un enfoque filosófico, es un reto titánico, el intentar que aprenda un soberbio… Aquel que está prácticamente convencido de que por el hecho de que él o sus padres cubran una cuota y adquieran los libros y útiles escolares, mientras él asiste con relativa frecuencia a las aulas, sin mayor interés que ir acreditando materias: va a merecer un grado.

“¡Porque me lo merezco!”… Suena a respuesta de sainete cómico. ¡Pero es real!

“¿Por qué me reprueba el maestro?” –Discúlpame: el maestro tiene la obligación profesional de evaluar tu aprendizaje; pero quien aprueba o reprueba la misma, es quien sustenta el examen.

Para aprender se requiere talento e inteligencia; pero más que todo, una actitud atenta, humilde y abierta, para poder captar el conocimiento. Aún no conozco cerebros de ningún tipo con entrada USB o similares, para que se puedan “conectar” y recibir en “imaginitum” la dotación diaria, semanal o periódica de conocimientos.

Para fortuna social, son mucho más los buenos alumnos que aquellos a quienes podríamos llamar “los meritorios”. Y verlos conducirse con educación, valores familiares y respeto, es una verdadera satisfacción.

Porque están conscientes de sus derechos y merecimientos; pero a su vez, de su compromiso y obligaciones. Aprendieron, como quien dice “de fábrica”, que en la vida cotidiana: existe un concepto muy sencillo, pero de un alcance enorme, y consecuencias inauditas: ¡Límites!

Hasta dónde puedo defender o proclamar, mis derechos o merecimientos, siempre y cuando haya sido coherente y oportuno en el cumplimiento de mis obligaciones.

Triste es el caso de aquellos padres que dan en exceso, pretendiendo compensar con ello el escaso tiempo dedicado a sus hijos, o incluso las carencias que en su época ellos mismos padecieron. Esos hijos —el día de mañana— serán los eternos inconformes sociales, que todo esperan de alguien más; sin estar dispuestos al esfuerzo, la solidaridad o la congruencia.

¡Y todavía habrán de juzgar, que hasta se lo merecen!

Por Uriel Eduardo Santana Soltero

MERCADOTECNIA
Mosaico de atractivos

Gratificante respaldo tiene el visitante en Guadalajara, desde variedad de conexiones terrestres y aéreas, hasta el alojamiento y atractivos de inversión, diversión y compras. En ese marco el turismo ha incrementado con justificado respaldo de bebidas auténticas como el tequila y el mariachi que alegra con su original sonido.

En ese marco, el respaldo de la población siente orgullo y señala nuevas rutas hacia la prosperidad con el soporte de seguridad como elemento imprescindible hacia la prosperidad presente y futura. Es evidente la necesidad de procurar seguridad para tranquilidad de habitantes y visitantes.

Dios nos guarde de la discordia.

Correo electrónico sicpm@informador.com.mx

Por Carlos Cortés Vázquez

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