Un sector importante de la realidad española de ayer, de hoy y me temo que de siempre es la que Unamuno y tantos otros definieron como la “España negra”. Es la de Franco y de quienes se quedaron después de su Guerra Civil mangoneando, medrando y hasta asesinando durante una enorme cantidad de años. Es la de muchos neofranquistas que siguen partiendo el pastel.No caigamos en la trampa de suponer que la mayoría del pueblo español es como muchos de los refugiados en México. Se suele empezar la lista con mi maestro José Gaos, fallecido ya hace casi medio siglo, pero hubo muchos más en diferentes terrenos entre casi cincuenta mil…¡Pero ojo! La soberbia, la creencia de que lo saben todo y de que se sienten superiores a cualquiera, a manera de un verdadero síndrome imperial, aflora por doquier en la España contemporánea en la que, sin importar el partido político se vuelve manifiesta tal actitud, no exclusiva de los franquistas más recalcitrantes…Me vienen a la mente dos sujetos del Partido Obrero Español que se reputa hipócritamente de “socialista”: Uno de ellos es su distinguido ministro de asuntos exteriores, el tal José Borrell, quien merece el calificativo de imbécil, apegado a la Academia de la lengua de su propio país. No lo uso como insulto, sino por su “Alelado, necio, escaso de razón”. Por su condición debería tener a su alcance, si él carece de conocimientos básicos, al menos quien le “soplara” con algo de sensatez.Otro fue presidente de la Comisión española para “celebrar” lo que españoles y españolistas plantearon en su tiempo como el quinto centenario del “descubrimiento de América”. Se llamaba Luís Yáñez Barnuevo, ginecólogo por más señas.Del tal Borrell, alelado quizá todavía por la Guerra Civil, dijo que el descalabro de la población americana que, en términos generales, se redujo en un 95% en 130 años se debió a conflictos entre ellos… y que en realidad eran “cuatro gatos muertos de hambre”.El Doctor Yáñez, por su parte, cuando en 1984 la comisión mexicana hizo su primer planteamiento de que 1992 se entendiera como quinto centenario del “encuentro de dos mundos” por respeto a las culturas originales, el hombre reviró diciendo que éstas no habían sido capaces de concebir ideas abstractas y, por lo tanto, “no podían considerarse verdaderas culturas”.Las barridas de que fue objeto en diferentes ocasiones posteriores y supongo que algunas lecturas, acabaron con su creencia. Finalmente, cuando así convino a los intereses españoles, en una reunión de celebrada en Costa Rica, acabó declarando que ahora, a nombre de España, pedía perdón por las atrocidades cometidas por sus paisanos… lo malo fue que dijo hacerlo “ante muy distinguidos nicaragüenses”.Está claro que la “España Negra” sobrevive, y también que algunos de sus oriundos, como Borrell, Yáñez y tantos otros, son verdaderamente negro obscuro.
