Sábado, 24 de Mayo 2025

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Lidiar con Trump

Por: Rubén Martín

Lidiar con Trump

Lidiar con Trump

La presidenta Claudia Sheinbaum ha conversado telefónicamente siete veces con su homólogo estadounidense Donald Trump y tarde que temprano tendrá una reunión personal con el inquilino de la Casa Blanca. Y cuando esto ocurra, sería conveniente que la mandataria mexicana vaya preparando un manual de cómo lidiar con la emboscada y el bullying que traicioneramente Trump les asesta a los gobernantes invitados a la Oficina Oval.

Primero le tocó la emboscada al presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, en su visita a la Casa Blanca el 28 de febrero pasado. Trump y su vicepresidente J.D. Vance “montonearon” al gobernante ucraniano que había acudido a Estados Unidos a tratar de negociar ayuda financiera y militar en su guerra contra Rusia. Pero lo que encontró fueron insultos por supuestamente ser malagradecido con Estados Unidos. Como fiel escudero de su jefe, el vicepresidente J.D. Vance calificó de irrespetuoso a Zelensky y le exigió dar gracias por la ayuda recibida, en tanto que Trump acusó al mandatario de Ucrania de estar “jugando con la Tercera Guerra Mundial”, y acto seguido, el secretario de Estado, Marco Rubio, y el asesor de Seguridad Nacional, Mike Waltz, ordenaron a Zelensky y su comitiva abandonar la Casa Blanca.

Después de Zelensky, otros mandatarios han acudido a reuniones con Trump en la Casa Blanca, como los primeros ministros de Gran Bretaña y Canadá, Keir Starmer y Marc Carney, aunque han salido más o menos librados.

Pero ahora la emboscada le tocó al presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, quien, acompañado de una comitiva de gobiernos, empresarios y golfistas profesionales, acudió a la Casa Blanca a reunirse con Trump y funcionarios con la intención de mejorar sus relaciones deterioradas, entre otras razones, porque Sudáfrica presentó una denuncia contra Israel por cometer genocidio contra la población civil palestina que reside en la Franja de Gaza.

En el encuentro del pasado miércoles, utilizando información falsa, el presidente Trump acusó a Sudáfrica de estar cometiendo genocidio en contra de granjeros blancos en el país africano e incluso lo amenazó con que el país podría dejar de existir si no solucionaba este presunto genocidio. La emboscada estaba tan preparada, que Trump ordenó instalar una pantalla plana en su Oficina Oval y pidió que presentaran unos videos, y que bajaran la luz para verlos, en los que aparecían dirigentes políticos llamando a la confiscación de tierras y escenas en las que se podían ver decenas de cruces blancas plantadas a un lado de una carretera. Según Reuters, estas escenas ni siquiera se grabaron en Sudáfrica, sino en la República Democrática del Congo.

El presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, no daba crédito a lo que veía y escuchaba. Educada y cortésmente le respondió a Trump que no conocía las imágenes que le mostraba y le explicó que la política oficial no promueve la confiscación de tierras y mucho menos el asesinato de granjeros blancos. Sin perder la compostura, le explicó que en su país hay violencia y muertes, lamentablemente, pero que las víctimas eran mayormente de población negra.

Las “emboscadas” contra mandatarios extranjeros ocurren en el contexto de que se siguen empujando políticas que están teniendo importantes repercusiones en términos de la libertad de expresión, de educación y de movilidad, entre ellas el anuncio del Departamento de Seguridad Nacional, encabezado por Kristi Noem, de prohibir a la Universidad de Harvard inscribir estudiantes extranjeros bajo el argumento de que dicha institución creó un ambiente hostil para los estudiantes judíos y de “coordinarse” con el Partido Comunista Chino. Esta medida ha sido denunciada como un acto claramente autoritario y antidemocrático.

Las emboscadas que Trump ha preparado a sus invitados a la Casa Blanca los han dejado descolocados, pues el trato nada diplomático, sus insultos y afirmaciones infundadas han tomado por sorpresa a estos gobernantes. La Presidenta Claudia Sheinbaum debería preparar un protocolo de respuesta a una eventual emboscada de Trump, impidiendo que el estadounidense pretenda erigirse en monarca mundial e imponer a mandatarios y pueblos del planeta sus deseos de poder y gloria.

rubenmartinmartin@gmail.com
 

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