Viernes, 26 de Abril 2024

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Legislatura 62 al tobogán del desprestigio

Por: Jaime Barrera

Legislatura 62 al tobogán del desprestigio

Legislatura 62 al tobogán del desprestigio

Señales de la voracidad de las y los diputados de la actual Legislatura salieron a relucir desde el año pasado, cuando en octubre se autorizaron sumar a su dieta de más de 109 mil pesos mensuales “apoyos económicos” no contemplados en el presupuesto inicial del 2019, para supuestamente pagar los informes individuales de su primer año de ejercicio legislativo. Ya entrados en gastos, decidieron también revivir los pagos extra para las y los representantes populares cuyos distritos electorales estuvieran fuera del área metropolitana.

Pese a las críticas generadas en aquel momento, en el Congreso no rectificaron ni dieron marcha atrás a esa autorización para meter mano al erario y disponer de los recursos públicos que se les confían, que por su discrecionalidad raya casi en una acto de saqueo.
Nada me gustaría más que equivocar el pronóstico, pero seguramente en el Congreso local volverán a ignorar los cuestionamientos por el incumplimiento de sus promesas de austeridad que se han desatado nuevamente por su última tentación patrimonialista: autorizarse llegar hasta 186 mil pesos anuales para contratación de personal.

Como pasa siempre que se trata de autorizar aumento de percepciones y nuevas canonjías y privilegios, los y las diputadas de la mayoritaria fracción del partido Movimiento Ciudadano, del PAN, de Morena, PRI, PRD, PT y Partido Verde, que participan en la actual Legislatura local, olvidaron diferencias y se fundieron en la unanimidad de los acuerdos en lo oscurito. Lo que marca el librito de la partidocracia que hace que la clase política llegue a acuerdos para sus intereses de grupo, dando la espalda a la ciudadanía que dice y promete representar.

Así, la Legislatura 62 mandó por la borda los incipientes avances logrados por las dos pasadas Legislaturas para reorientar en algo la agenda del Congreso, estancada por casi una década en los escándalos de corrupción y despilfarro que tanto desprestigiaron la figura del diputado desde la Legislatura 58.

Con los apoyos del 2019 y la partida para nuevas contrataciones del 2020 se abandona la ruta de la redignificación y se enfila nuevamente a la dinámica de opacidad que en su momento permitió la existencia de las cuentas secretas y las casas de enlace que eran toda una simulación. Basta recordar que en la justificación de sus gastos de operación, las pocas veces que se transparentaban, en la mayoría de los casos, nada tenían que ver con la actividad legislativa.

Este retroceso golpea severamente la credibilidad de las y los actuales diputados y sus partidos políticos, mucho más a Morena, por ser su debut en la vida parlamentaria de Jalisco, y al partido Movimiento Ciudadano, por ser la fracción mayoritaria, y no haber podido marcar diferencia con los Congresos dominados por los partidos tradicionales como el PRI y el PAN, de los que prometieron diferenciarse para dignificar la actividad política y la vida pública de Jalisco.

La Legislatura 62, pues, reinauguró así el tobogán del desprestigio que seguramente desembocará en su pudrición, como ya sucedió con sus antecesores del pasado reciente, que por cierto siguen impunes.

jbarrera4r@gmail.com 

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