Jueves, 25 de Abril 2024

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Las oportunidades de lo verde

Por: Juan Palomar

Las oportunidades de lo verde

Las oportunidades de lo verde

Si algo ha quedado claro con la actual pandemia es la vulnerabilidad de las ciudades ante infecciones tan graves como la del coronavirus. Las urbes son sistemas de muy alta conectividad y tienden, por lo mismo, a constituirse en ámbitos propicios para el contagio. Es por ello que adquieren especial relevancia los elementos que sirvan de amortiguamiento y de promoción de la salud comunitaria.

Muchas veces se ha tendido a considerar a los árboles y demás vegetación urbana como meros elementos prescindibles, de ornato, de acompañamiento a la masa construida. Nada más lejano a la deseable realidad. La capa vegetal de las ciudades es vital para su buen desenvolvimiento general.

Con estas consideraciones bien establecidas en la conciencia de la colectividad es deseable ahora ver con renovados ojos a nuestros entornos urbanos. Es además necesario considerar la existente huella de carbono de la masa edificada y calcular cuánta biomasa es necesidad de inyectar en los contextos específicos que se trate.

Hablar de las Unidades Deportivas, desde su misma denominación, conlleva a una concepción de una ciudad sectorizada, propia de las visiones urbanísticas de mediados del siglo pasado. Bajo esos patrones había tipificaciones claras de zonas de la ciudad destinadas a fines específicos y esquemáticos: vivienda, trabajo, industria, etcétera.

De allí que las Unidades Deportivas hayan sido por largo tiempo consideradas como equipamientos básicamente dedicados al deporte, con exclusión muchas veces de otras actividades humanas. Un recuento de lo que en cientos de estos equipamientos ha pasado a través del tiempo podría incluir muchas hectáreas de campos de juegos con mínimos servicios. Al estar destinadas a segmentos limitados de la población como los propios deportistas, se excluía a la generalidad de los posibles usuarios. Frecuentes problemas son el vandalismo y la inseguridad.

Por su misma extensión y ubicación una Unidad Deportiva debiera ser, en primer lugar, considerada un parque urbano. Examinando las particularidades de cada una de ellas es factible convertirlas en nuevas centralidades verdes, en lugares de encuentro y sociabilización, en donde una abundante vegetación adecuadamente dispuesta funcione en red con los arbolados cercanos. Una nueva concepción de las unidades deportivas significará tener ciudades más resilientes, amables, vivibles.

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