Jueves, 28 de Marzo 2024

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La pareja que violenta

Por: Vania de Dios

La pareja que violenta

La pareja que violenta

Mariana descubrió que su esposo tenía una novia. Reclamarle la infidelidad le costó una golpiza y que además el tipo la “castigara” quitándole el automóvil y las tarjetas bancarias, más serias amenazas de echarla a la calle. 

Janeth trae algunos moretones en los brazos, huellas de la discusión que tuvo con su pareja el fin de semana, que entre gritos e insultos la jaloneó. Me contó asombrada que nadie se metió a defenderla, pese a que ella pedía ayuda. Los nombres en esta columna no son reales, pero ellas y sus historias sí. Las conozco y son parte de los 19.1 millones de mujeres que en México son agredidas por su esposo, pareja o novio, según el análisis “Panorama nacional sobre la situación de la violencia contra las mujeres”, que realizó el Inegi. 

Como si fuera algo cotidiano y “normal”, la violencia sigue incrustrándose en los hogares. El Inegi documentó que a más de 2 millones de mujeres su pareja las ha encerrado o les ha prohibido salir o que las visiten. Carla es una de ellas: cuando quiere salir con sus amigas, primero tantea de qué humor anda su esposo y después le pide permiso, lo que incluye decirle a dónde y quiénes irán, porque algunas amigas de su esposa le caen mal al señor y no le gusta que se junte con ellas.

A las graves cifras de violencia física, que van de empujones y golpes hasta la asfixia, acuchilladas e intentos de asesinato, le siguen los escalofriantes números de violencia emocional. Cifras y números que son historias y vidas de millones de mujeres.

Para su estudio, el Inegi clasificó en ocho los actos violentos, siendo el más común y con mayor incidencia: la indiferencia. A 11.1 millones de mujeres su pareja les aplicó la famosa “ley del hielo”, les dejó de hablar. Sí, también es una forma de violencia y no algo “normal”. Cada que Paulina se pelea con su marido, este no le dirige la palabra y la bloquea de WhatsApp, de Instagram, de Twitter y corta cualquier canal de comunicación que pudieran tener. Una constante en su matrimonio.

Las relaciones de pareja son un asunto privado, que cada quien lleva como puede y que nadie debe juzgar, pero la violencia NO; la violencia es un asunto público y un grave problema de salud en el mundo. Normalizarla la invisibiliza y hace más difícil poder desterrarla.

El día que Sonia le dijo a su esposo que quería estudiar Derecho como él, el tipo le dijo que estaba loca, que eso no era lo suyo, que no estuviera inventando y se dejara de cosas. Hace años se divorciaron y hoy ella es abogada. Según el estudio del Inegi, a 3.3 millones de mujeres su pareja le ha prohibido trabajar o estudiar. 

La severidad y la frecuencia de la violencia en la pareja varía según el contexto y características de cada mujer. Todos estos datos puede encontrarlos en la última Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) que realizó el Inegi, en el 2016 (urge una nueva y actualizada versión), y arroja información valiosísima para los estudios de género en el país y para las políticas públicas que urgen trabajar.

No es un asunto de estrato social ni económico. Hay quienes no denuncian por miedo a ser señaladas o criticadas o empeorar su situación o, más grave aún, porque ni siquiera son conscientes de que son víctimas de violencia. Y si no se ve, no se atiende.

Aprendamos a identificar la agresión en la pareja y generar redes de apoyo, con amigas, familiares, vecinas o asociaciones… Porque la violencia contra la mujeres es inadmisible.

Las agresiones contra cada mujer son agresiones contra todas.

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