En la elección judicial de este primero de junio pasaron ante nuestras narices un cúmulo de oportunidades desaprovechadas.La oposición, en un acto de pereza y falso orgullo democrático, llamó a no votar para mandar “un mensaje al régimen”. Perdieron así la oportunidad de movilizar y orientar a la población a favor de las y los candidatos –que los había– afines a su visión e intereses.El único mensaje que mandaron fue el de la derrota anticipada y el que quiso leer la Presidenta en la mañanera que vio un “triunfo” en el 13% de participación: “ustedes tuvieron menos votos en 2024”.La lección: es imposible un ejercicio democrático sin una oposición real. La democracia necesita de todos, especialmente de los que disienten.Se perdió la oportunidad de que barras de abogados, universidades y organismos de la sociedad civil hubieran elaborado concienzudas listas con los perfiles idóneos. Igual que ocurre en las elecciones de EU en donde los “acordeones” surgen de entes apartidistas que realizan evaluaciones exhaustivas de las y los candidatos. Allá los ciudadanos reciben en su correo sugerencias para apoyar candidatos conservadores, progresistas, según sus convicciones.El día de la elección muchos lo hubiéramos agradecido.Se perdió la oportunidad de hacer una mejor plataforma digital. La que elaboró el INE impedía evaluar a las y los candidatos. El currículum de cada aspirante fue enviado a criterio de cada quien, lo mismo diez cuartillas que una. Las “propuestas” estaban llenas de generalidades imposibles de sopesar.Las y los juzgadores en funciones perdieron la oportunidad de participar en la elección y, en vez de sólo postularse el 11%, todos se hubieran enlistado dejando a un lado su orgullo y desprecio por el voto.Eso habría permitido votar por aspirantes afines a quienes creen –junto con la oposición– que el actual Poder Judicial debía permanecer.Se perdió la oportunidad de hacer una reforma judicial escalonada o ceñida a elegir por voto popular sólo a los integrantes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y el Tribunal de Disciplina Judicial, los dos órganos más importantes.El Comité de Evaluación del Poder Judicial perdió la oportunidad de filtrar a las y los mejores candidatos en vez de tirar la toalla para que esos perfiles terminaran en una tómbola en el Senado.Se perdió, en fin, la oportunidad de hacer una mayor pedagogía política y democrática para lo que viene.¿O qué creían? Esto apenas empieza. En las elecciones intermedias de 2027, sólo en Jalisco, tendremos que elegir a la otra mitad del Poder Judicial de la federación, más 34 magistrados y 272 jueces del Poder Judicial local, además de alcaldes y legisladores.Y el riesgo es que no sean seis sino diez, doce, quince boletas…