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La deuda y la promesa de AMLO

Por: Jonathan Lomelí

La deuda y la promesa de AMLO

La deuda y la promesa de AMLO

“No va a crecer la deuda pública. No vamos a endeudar al país” 

Andrés Manuel López Obrador, Presidente electo. 22 de noviembre de 2018 

Hay algo inédito en el gasto propuesto por Andrés Manuel López Obrador para 2024, su último año que además será electoral: el aumento de la deuda pública. 

Muchos análisis resultan soporíferos por la cantidad de cifras, tablas comparativas, datos “como proporción del PIB”, etc. Por eso simplifico. 

En 2024 el Gobierno federal gastará 9 pero sólo tiene un ingreso garantizado de 7.3 (hablo de billones de pesos). ¿De dónde saldrá el dinero adicional? Si no de los impuestos, de dónde más, sino de la deuda. 

La Secretaría de Hacienda contraerá una deuda por 1.8 billones, la mayor jamás registrada. De hecho, el boquete entre lo que ingresará a las arcas públicas y lo que gastará el Gobierno se llama déficit presupuestal y es el más grande en los últimos 35 años. 

Esto implica el pago de más intereses. En 2024 Hacienda proyecta pagar 1.2 billones de intereses (poco menos de la deuda contraída; si se tratara de nuestras finanzas familiares habría preocupación). En números redondos, Peña Nieto nos heredó una deuda de 14.2 billones y AMLO la dejará en 16 billones. ¿Es mucho? Pudo ser peor. Por ejemplo, en Jalisco, Enrique Alfaro recibió una deuda de 18.1 mil millones de pesos y heredará una deuda de 36.9 mil millones de pesos, el doble. 

El Presidente ha defendido que el aumento de la deuda en su Gobierno es menor al aumento al concluir las gestiones de Calderón y Peña. Un argumento, si se quiere válido, pero que no cambia de fondo el incumplimiento de su promesa.  

Ahora, ¿por qué el Gobierno adquirirá una deuda de ese tamaño? Más allá del golpeteo político identifico tres factores técnicos: la caída de los ingresos petroleros, la ineficiencia en la recaudación ante la falta de una reforma fiscal y el gasto en pensiones (allí se van 1.5 de los 9 que gastará el Gobierno). 

Ante este escenario, AMLO sólo hizo lo que cualquier Presidente neoliberal hubiera hecho: endeudarse. Lo cual es necesario y está bien. Pero eso convierte su declaración de 2018 en una mentira que vulnera el primer mandamiento de su Gobierno: no mentir.  

Para cuando termine el sexenio, la deuda federal per cápita de los mexicanos y mexicanas habrá pasado de 113 a 127 mil pesos. Pero además, por el privilegio de haber nacido en Jalisco, adeudamos cada uno otros 4 mil 800 pesos correspondiente a la deuda pública estatal. 

jonathan.lomeli@informador.com.mx

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