Las masacres ocurridas el fin de semana en El Paso, Texas, y Dayton, Ohio, con saldo de más de 30 muertos, entre ellos ocho mexicanos, han provocado un rechazo generalizado al uso masivo de armas en Estados Unidos.Ya se ha dicho hasta el cansancio: el acceso indiscriminado a la compra y uso de armas en Estados Unidos propicia que ocurran tiroteos masivos que se convierten en una verdadera carnicería.La asociación Gun Violence Archive ha registrado mil 925 tiroteos masivos desde 2014 a la fecha con un saldo de 80 mil 368 muertos y un número mayor de heridos. En lo que va de 2019 se registraron 253 tiroteos masivos en Estados Unidos que provocaron ocho mil 866 muertes, incluyendo las provocadas por las masacres de El Paso y Dayton.Pero junto al fácil acceso a las armas de fuego, el otro factor que influye para que ocurran estos tiroteos masivos es el discurso de odio que sale de los supremacistas blancos en Estados Unidos, con Donald Trump como uno de los principales responsables.Como quedó claro con el mensaje compartido en un sitio de internet por el asesino de El Paso, Patrick Crusius, su motivación fue claramente racista y de odio. Los crímenes de este tipo han crecido en Estados Unidos desde la llegada de Donald Trump a la escena política. Según el Centro de Estudios sobre el Odio y el Extremismo (de la Universidad Estatal de California), los crímenes de odio pasaron de mil 377 en 2014 a dos mil 009 el año pasado.Hay una opinión casi generalizada de que Trump es la cabeza visible de un movimiento de supremacistas blancos que responsabilizan a las “razas” no anglosajonas de la crisis social que vive Estados Unidos. En esta explicación racista y nacionalista se encuentran las bases ideológicas que animan a muchos grupos e individuos a cometer los crímenes de odio.Cínicamente, Trump intentó evadir su responsabilidad: “El atacante en El Paso publicó un manifiesto en línea consumido por el odio racista. En una sola voz, nuestra nación debe condenar el racismo, el fanatismo y la supremacía blanca”, declaró, pero pocos creyeron la sinceridad de su mensaje.Por el contrario, la promoción de este discurso de odio forma parte de una estructurada estrategia política y electoral. Es el fomento de ese discurso contra los migrantes, contra extranjeros y la promoción de una “América” blanca, la que le dio su base social y electoral que lo llevó a la presidencia. Y ahora en la búsqueda de la reelección, el discurso de odio es parte de la estrategia política nuevamente.Pero no es sólo una estrategia electoral y de corto plazo. Muchos supremacistas blancos están espantados porque, de seguir las tendencias demográficas actuales, los anglosajones dejarán de ser la mayoría poblacional hacia el año 2060. Para esa fecha los blancos serían 43.6% de la población, contra 62.2% que representan ahora.Detrás del discurso racista y de odio de Trump se encuentra un movimiento de supremacía blanca que pretende mantener sus ventajas y privilegios, al costo que sea. Incluso, mediante masacres. Es una guerra racial declarada por los supremacistas blancos, nacionalistas y cercanos al fascismo. Esto es lo que representa Trump.
