Nadie puede con los narco-ordeñadores de hidrocarburos de los ductos de Pemex en Jalisco. El último dato dado a conocer la semana pasada revela que en la Entidad se triplicaron las tomas clandestinas de enero a agosto al llegar a mil 65, un promedio de casi cinco perforaciones que ocurren en total impunidad gracias a múltiples complicidades.Mientras el número de tomas clandestinas aumentan año con año en todo el país, al pasar de 213 en 2006 a una cifra récord de 10 mil 363 el año pasado, el número de detenciones disminuyen. De dos mil detenidos infraganti en el último año, apenas 100 siguen presos. Mientras, en el Senado sigue congelada una iniciativa para incrementar el castigo por este delito.Esta omisión sugiere que la trama de corrupción inicia desde los más altos niveles legislativos, de directivos de Pemex, autoridades del Gobierno federal, estatal y municipales, que en colusión con mandos policiales y bandas de la delincuencia organizada se han propuesto defender por todos los medios esta pujante industria ilegal.Porque este saqueo a la nación le significó a las mafias ganancias en 2017 de 30 mil millones de pesos. 10 mil millones de pesos más de lo que robaron en 2016.Si recordamos que en 2012 el monto de lo robado fue de 7 mil millones de pesos, queda claro que muchos se han sumado a la ordeña o los que controlan esta ilícita actividad han encontrado la forma de colocar cada vez más cantidad de hidrocarburos robados.El último y fallido intento de hacer frente a este multimillonario lastre se dio en 2017 con la creación del Grupo de Coordinación contra el Robo de Combustibles que suscribieron funcionarios de la Secretaría de Gobernación, la PGR, la Secretaría de Energía, Pemex, Hacienda, el Ejército, la Marina, y los gobiernos de Puebla, Veracruz, Tamaulipas y Guanajuato. Jalisco, que ya pintaba como el quinto con más ordeñas clandestinas, fue excluido sin explicación alguna.Es claro que este esfuerzo quedó en una simulación más porque el negocio de estas mafias crece día con día, debilitando a Pemex y convirtiéndose en una fuente inagotable y multimillonaria de dinero que fortalece el poder corruptor y de fuego de las bandas de la delincuencia organizadaEl imparable huachicoleo significa ya todo un abierto desafío al Estado mexicano y así lo ha visibilizado el nuevo Gobierno federal que encabezará Andrés Manuel López Obrador a partir del próximo 1 de diciembre. Ya como Presidente electo, el tabasqueño anunció que pediría al Poder Legislativo elevar las penas contra esta actividad para catalogarla como un delito grave, sin que hasta ahora las bancadas mayoritarias de su partido Morena, ni en el Senado ni en la Cámara de Diputados, lo hayan hecho.Habrá que ver la estrategia que emprenda el nuevo Gobierno federal, con las nuevas autoridades estatales y municipales para enfrentar esta ilegal y corrupta actividad que ha enriquecido a muchos y cooptado a más para que nadie la detenga.
