El Presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, quien estuvo en Guadalajara el fin de semana, culpó al exgobernador de estado Enrique Alfaro de la inseguridad que se vive en Jalisco, al señalar -sin más argumentos que el señalamiento- que “dejó un problemón”, además de arremeter en contra de algunos medios de comunicación por calificar de “campo de exterminio” al rancho Izaguirre en Teuchitlán, donde presuntamente eran reclutados y asesinados jóvenes por parte del crimen organizado, así como proponer que el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, García Harfuch, se venga a “vivir” al estado para disminuir la violencia desatada. (?)El objetivo de Fernández Noroña era hablar de algo con más “sustancia”, que llamara la atención y que levantara “más polvo” que el motivo por el que vino a Guadalajara, para promover la participación ciudadana en la elección judicial del próximo 1 de junio, que es una causa perdida en el interés de los electores.Por supuesto que parte de la responsabilidad de la seguridad recae sobre el estado, pero Fernández Noroña debe estar enterado que de acuerdo al artículo 21 de la Constitución -y no es defensa de Enrique Alfaro-, “La seguridad pública es función del Estado a cargo de la Federación” en primer término, con el apoyo de “... las entidades federativas y los municipios… La Federación contará con la Guardia Nacional, fuerza de seguridad pública, profesional, de carácter permanente e integrada por personal militar con formación policial, dependiente de la secretaría del ramo de defensa nacional, para ejecutar la Estrategia Nacional de Seguridad Pública”.Por lo que se refiera al caso del rancho en Teuchitlán, el presidente del Senado acusó de que hubo “uso político” en contra de la presidenta Claudia Sheinbaum, cuando el rancho operaba años antes de que llegar a Palacio Nacional y solo se habló en los medios de los descubrimientos realizados por parte de los grupos de búsqueda y de los testimonios que hablaban de lo que en ese lugar sucedió. Nunca se culpó al actual gobierno federal de los ilícitos que por años se permitieron, solo se pidió que se llegara hasta las últimas consecuencias y que se actuara con transparencia en las conclusiones que se sacarán de la investigación por parte de la Fiscalía. Y eso de que García Harfuch se venga a Guadalajara no significaría resolver el problema, ya que son los protocolos operacionales y la aplicación de la ley lo que marca la diferencia.Pero así como “cochambrosa” es la imagen del líder del Senado es su mentalidad, que en el afán de llamar la atención, habla sin fundamentos y de asuntos que lo exhiben como un político incoherente y oportunista, como lo demostró en la “honrosa” visita que nos hizo.Usted, ¿qué opina?
