Miércoles, 24 de Abril 2024

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¿Hasta tocar fondo?

Por: María Belén Sánchez

¿Hasta tocar fondo?

¿Hasta tocar fondo?

Estamos en una situación crítica, ciertamente, y no sabemos todavía cuánto tiempo durará o cuánto la podamos soportar, o hasta dónde vamos a llegar.

Es evidente que hay muchos aspectos que nos condicionan y una infinidad de indicios que nos avisaban y ya la veíamos venir.

Incluso los más ignorantes, los que no tenemos bases científicas o experienciales en qué apoyarnos, ni estadísticas comprobables. Lo que sí se percibía ya desde hace mucho tiempo es que algo muy grave estaba amenazando. Repetidamente te hablé ya del “fin del mundo” y te decía: no es que el mundo se acabe, es que nos lo estamos acabando…

Ahora bien, la pandemia ha venido a ser un espectacular, sensacional y maravilloso telón de fondo para lo que en la actualidad verdaderamente afecta a la humanidad.

Se habla de lo económico, lo político, lo religioso, lo social… y de verdad estos temas son de vital importancia, pero son mal manejados y a menudo dolosamente tergiversados.

Efectivamente la gran mayoría no entendemos lo que hay detrás de todo esto, aunque lo percibimos por muchos detalles y lo intuimos en infinidad de ocasiones.

Información y comunicación son necesidades básicas, pero en la actualidad esto se ha vuelto algo así como un baratillo en que cualquiera sube a la red sus opiniones hasta disparatadas conforme se le antoja, y no se toman ni en cuenta los medios serios y bien fundados.

La educación tiene sus raíces en lo familiar, escolar y laboral, y estos rubros a veces son muy pobres en diferentes aspectos. Tanto porque en familia los padres trabajan y dedican poco tiempo al hogar, y porque la escuela y los ambientes de trabajo se ven muy condicionados incluso por exigencias que vienen impuestas de otras instancias.

Incluso la fase recreativa, actualmente está sumamente condicionada por influencias externas.

Y en cuanto a economía, sin ir mucho más lejos, nuestra productividad está muy limitada y casi nula. En cambio, lo comercial –compra y venta-, absorbe todo el panorama económico. La sabiduría popular decía que “a río revuelto, ganancia de pescadores.” Y esto es lo que precisamente todos favorecemos, que haya quienes acaparen y sean los dueños de monopolios gigantescos y por lo tanto seguimos avanzando hacia aquello de siempre: los pobres cada vez más pobres y los ricos cada vez más ricos.

Y no me negarás que es verdaderamente escandaloso cuando en las altas esferas se habla de miles de millones para… cuando hay quienes no tienen ni para frijoles, menos aún para comprar unos zapatos.

Respecto a lo político, ya lo sabemos, expertos nos relatan con puntos y comas lo que estamos viviendo. Aunque a decir verdad hay cosas que yo verdaderamente no entiendo. Pero si esperamos de veras tocar fondo, será luego más difícil revertir o retomar nuestro avance y prosperidad futura.

Ni siquiera nos convencemos mirando lo que está sucediendo en otras naciones, ni recordamos aquello de “mírate en ese espejo.”

Lo religioso es también mucho muy importante ya que sin fe, no hay moral, sin esperanza, no hay elevación de la persona, y sin Amor a Dios y al prójimo no hay espacios para la VIDA. Y lo estamos constatando cuando todo habla de muerte, hasta para las generaciones del futuro.

Aquí el riesgo es que cada quien quiere inventarse un Dios personal, que le cumpla todos sus antojos y que no le reproche nada. Pero nuestro Dios quiere ser “Padre” y que todos seamos “hijos”, unidos y reunidos en Iglesia.

En fin, el mundo del futuro está en manos de todos, y todos tenemos que colaborar, cuidando y cuidándonos para que al salir de este bache en el cual todos nos encontramos empantanados y que podamos de veras abrir los ojos a una nueva alborada, llena de alegría y de paz.

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