Viernes, 29 de Marzo 2024
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Guerra desatada en Jalisco

Por: Rubén Martín

Guerra desatada en Jalisco

Guerra desatada en Jalisco

Ensimismados como estamos con los temas electorales, el reacomodo en la partidocracia y hasta en el Mundial de futbol, nos está pasando de noche que la guerra en Jalisco se está incrementando hasta niveles inimaginables. Curiosa democracia la que tenemos con una ola masiva de asesinatos violentos, ejecuciones, masacres, fosas clandestinas y zonas urbanas ensangrentadas.

Las alarmas se encendieron el pasado fin de semana cuando siete personas (cinco de ellas mujeres) fueron ejecutadas al interior de una casa donde celebraban una fiesta, en la Colonia Francisco I. Madero, de Tlaquepaque, en el Cerro del Cuatro. Ese mismo fin de semana, otras cinco personas fueron asesinadas en la Colonia Heliodoro Hernández Loza, en el sector Libertad de Guadalajara.

Estas dos colonias son calificadas entre las más violentas de la zona metropolitana de Guadalajara. Son escenarios de la guerra que está matando a varones jóvenes, especialmente de colonias pobres de la metrópoli.

El pasado 10 de julio se publicó un reportaje en este mismo diario, que da un recuento de las cifras de las muertes violentas ocurridas en lo que va del primer semestre de este año. Las cifras son, o deberían ser, de espanto.

Se hace primero un recuento de esos escenarios de esta guerra que se está librando: El Vergel, de Tlaquepaque con 12 homicidios entre enero y junio; Heliodoro Hernández Loza, con 11; Oblatos, con 10 homicidios, y Lomas del Mirador y Hacienda Santa Fe, en Tlajomulco de Zúñiga, con nueve homicidios dolosos cada uno.

La suma de todas las muertes en la metrópoli ocurridas en lo que va del año superan al año anterior, de por sí ya calificado como el año más violento de la historia reciente de México.

En 385 colonias de Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque, Tlajomulco, Tonalá y El Salto ocurrieron 783 muertes violentas entre enero y junio del año en curso. Se ocasionaron muertes por golpes, estrangulación o por arma blanca, pero la mayoría por arma de fuego.

Del total de muertes registradas oficialmente, 741 fueron por arma de fuego, y de estos, 684 eran hombres, y la mitad de ellos menores de 34 años, según las estadísticas del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses.

Esta matanza masiva, es tal que sólo el primer semestre de 2018 ya superó a todos los homicidios violentos ocurridos en años anteriores. Se han contado 783 personas muertes violentas.  En 2013 ocurrieron en todo el año 725 homicidios dolosos, y en todo 2014 se registraron 574 muertes violentas.  Si las tendencias se mantienen, 2018 terminará con cerca de mil 500 homicidios dolosos, el año más violento desde que se tenga registro en más de 20 años.

Las versiones oficiales dirán que se trata de pelea de grupos del crimen organizado por la plaza o los territorios. Más que una explicación, parece una justificación.

A estas alturas está claro que las autoridades no están deteniendo esta guerra, simplemente la están administrando. La administran al actuar de manera ineficiente o negligente investigando y resolviendo cada crimen, y la administran al hacernos creer que combaten esta guerra cuando en realidad son parte de ella. La guerra debe detenerse, pero al parecer debemos hacerlo desde abajo, desde la sociedad porque desde las cúpulas gobernantes sólo tenemos un agravamiento de la violencia. 

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