Jueves, 26 de Junio 2025

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“F1”: Con “f” de “fórmula”… pero muy entretenida

Por: Arturo Garibay

“F1”: Con “f” de “fórmula”… pero muy entretenida

“F1”: Con “f” de “fórmula”… pero muy entretenida

“F1: La Película” es energía pura, cine de entretenimiento de alto octanaje y, muy probablemente, la pieza de acción más estridente en la filmografía de Brad Pitt. Juzgada bajo el prisma del cine comercial, del cine de acción, como entretenimiento accesible e inane, es de lo más efectivo que hemos visto en lo que va de 2025. Divertidísima, trepidante. Pero si nos ponemos exquisitos, si la vemos con ojos severos, es otro drama deportivo de recetario. ¿Qué buscas en “F1”? Si vas por el espectáculo, vas a pasarla increíble, tendrás butaca de primera fila en los circuitos más imponentes del planeta.

Porque, ciertamente, puede que este largometraje no guarde sorpresas argumentales ni giros sorprendentes ni un libreto de Oscar. Dichas “flaquezas” las compensa con las proezas técnicas del equipo creativo del director Joseph Kosinski (el mismo de “Top Gun: Maverick”). Lo que Kosinski ya hizo con Tom Cruise en los cielos, ahora lo hace a nivel de asfalto con Brad Pitt. Se nota que el cineasta tuvo todos los juguetes que quiso a su disposición y los usó a favor del espectáculo. “F1” es todo un show.

Sonny (Pitt) es un piloto que tuvo que abandonar su sueño de brillar en la Fórmula 1 después de un trágico accidente. Décadas después, un ex compañero (Javier Bardem) le ofrece una oportunidad de volver al máximo circuito del automovilismo, corriendo para la peor escudería del momento. El asunto se complicará cuando Sonny conozca a un joven piloto con quien tendrá que hacer equipo y quien es una promesa del automovilismo. La ríspida relación entre ambos dificultará que puedan salir del último puesto en la tabla general.

Una vez establecido de qué se trata la peli, lo único que tienes que hacer es imaginar cómo sería un final feliz bajo dichos parámetros argumentales. Y listo. Pero acuérdate de que aquí lo impactante no es el fondo, sino la forma: la cinta es vertiginosa, estridente y te imbuye de sed competitiva. “F1” es un caramelo para los ojos, un dulce de súper lujo.

Quepa subrayar que “F1” es una película de ficción, que construye una fantasía en torno al arte del volante. El gran público que no esté versado en las minucias de las pistas entrará sin problemas en el universo creado por Kosinski. Los más educados notarán que hay más de un elemento de irrealidad dentro y fuera de las pistas. Pero el realizador sabe lo que está construyendo: una ilusión de Hollywood que, además, sirve como herramienta promocional y de relaciones públicas para la Fórmula 1. El hábitat de las carreras de autos nunca había sido tan deseable. Insisto, es una fantasía.

El filme, además, nos reitera el talento inconmensurable del cinefotógrafo chileno Claudio Miranda (“El curioso caso de Benjamin Button”, “Top Gun: Maverick”, “Tron: El legado”), quien hace magia con su cámara. También se disfruta mucho la banda sonora de Hans Zimmer, atípica dentro de su acervo sonoro.

Al final, “F1” es otra sólida experiencia escapista del cine estadounidense para la pantalla grande. Una cinta para entretenerse y pasarla bien. Si a esto le sumas el carisma incontestable de Brad Pitt a cuadro, junto al talento de histriones como Javier Bardem o Kerry Condon, tienes un producto redondo. De “fórmula”, sí, pero bien resuelto como pieza de consumo, como instrumento para darle brillo a la imagen pública de la Fórmula 1.

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