“Cuba es un ejemplo vivo de que otro mundo es posible cuando se pone al ser humano en el centro (?), tal y como lo impulsa el humanismo mexicano de la Cuarta Transformación”, fueron las “elocuentes” palabras de Carolina Rangel Gracida, secretaria general de Morena, frente a Miguel Díaz-Canel, presidente del gobierno y primer secretario del Partido Comunista, durante su visita a la isla caribeña con motivo de la celebración del 1 de Mayo, donde el movimiento lopezobradorista estrechó vínculos con el régimen cubano al firmar un acuerdo de cooperación.¿Es Cuba un “ejemplo”? Sobre todo cuando, de acuerdo con el mismo Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCHD) se ha señalado recientemente que, con las políticas aplicadas —y el bloqueo comercial que sufre— en ese país, la pobreza extrema alcanzó un alarmante 89 por ciento de la población, donde siete de cada 10 cubanos han dejado de desayunar, almorzar o cenar debido a la falta de dinero o la escasez de alimentos, además de ubicarse en el lugar 104 del Índice de Prosperidad en el Mundo.Recientemente, Yaxys Cires, director de Estrategias del OCHD, dijo que “en Cuba no solamente se violan los derechos civiles y políticos, sino —en otros— los sociales. Por eso siempre decimos que el régimen cubano no solamente reprime, sino que también empobrece”.Con motivo de esta posición —tan abierta al mundo— asumida por parte de la dirigencia morenista, surge la pregunta: ¿La Presidenta Sheinbaum compartirá la misma intención o fue un movimiento premeditado de la cúpula del partido en el poder a las espaldas de la Mandataria?La pregunta cabe —sobre todo hoy— por el momento político que se vive en la tensionante relación con Washington y con quien desde allí gobierna. El posicionamiento del partido en el poder en México en la relación con Cuba y la declaración misma, suena como un reto o mensaje velado para Donald Trump.El “timing” —sincronización o momento oportuno— de la declaración sobre Cuba no concuerdan con la guerra de cuestionamientos y amenazas que tiene el mundo con quien despacha desde la Casa Blanca.Entonces, si la declaración fue con el consentimiento del Palacio Nacional, “se está jugando con fuego”, pero si Claudia Sheinbaum fue ajena al posicionamiento —es decir, que la “brincaron”—, quiere decir que su partido intenta llevar otra dirección, como aparentemente sucede con algunos líderes legislativos morenistas que, “por debajo de la mesa”, le hacen la guerra a la Presidenta.Usted, ¿qué opina?