La detención del alcalde de Teuchitlán, José Ascensión Murguía Santiago, es un duro golpe al movimiento naranja. Por más que el gobernador Lemus y los dirigentes del partido quieran deslindarse de las acciones del presidente municipal de Teuchitlán y de lo que pasa y pasó en el territorio de los Valles, el misil pegó cerca e hizo temblar la estructura.Nadie es responsable de las conductas delictivas de otros y lo que haya hecho el alcalde de Teuchitlán es responsabilidad sólo de él. Sin embargo, resulta más que evidente que al ser un alcalde emanado de Movimiento Ciudadano, y quien fue reelecto compitiendo por este mismo partido en 2024, la pregunta es quiénes y hasta dónde sabían de los vínculos del alcalde con el crimen organizado.Hace tres años, en junio de 2022, autoridades estadounidenses señalaron al entonces director de la policía de Ameca, Severo Flores Mendoza, mejor conocido como “El rey Mago”, de ser el vínculo del cártel Nueva Generación con todos los jefes policiacos de la región. Curiosamente, ese mismo encargo le había dado el gobernador Enrique Alfaro, quien instruyó a los mandos de seguridad del Estado que, para efectos prácticos, la región Valles la coordinaría Flores Mendoza. Cuando el Departamento del Tesoro estadounidense dio a conocer la información, el alcalde naranja de Ameca, Valente Serrano, corrió a desmarcarse del personaje en cuestión y lo destituyó del cargo. Nada hizo MC ni el gobierno alfarista para cambiar a los otros mandos policíacos que, al menos en teoría, estaban vinculados o bajo la coordinación de Flores Mendoza.Por lo que dice la Fiscalía, todo parece indicar que fue Gregorio Lastra Hermida, “El Lastra”, detenido hace unas semanas como el operador del Rancho Izaguirre y otros campos de entrenamiento/exterminio de la zona, quien le puso dedo con sus declaraciones al alcalde de Teuchitlán. Siendo como es la justicia en México —un asunto de negociación política— es probable que el asunto no pase de ahí, que la Fiscalía considere que con la cabeza Murguía basta para calmar la crisis del Rancho Izaguirre: tres policías malos, un criminal de rango medio, un alcalde, una historia a modo y todo sigue igual. Si la presión sube o si el gobierno de Morena decide utilizar el caso Teuchitlán para minar al gobierno naranja y tender la cama para un posible triunfo de Morena en el 2027, pondrán el ojo en funcionarios del gobierno de Alfaro, lo cual sería un duro golpe al partido naranja y, por supuesto, para el gobierno de Lemus.La pregunta sigue: en todo este circo mediático del fiscal Gertz, ¿a alguien le importan las madres y los desaparecidos?
