Sábado, 11 de Octubre 2025

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“Esa vida que vivieron”

Por: Carlos Enrigue

“Esa vida que vivieron”

“Esa vida que vivieron”

Pues un buen día del mes de febrero, don Taurino amaneció sintiéndose no sé cómo, lo cual era incómodo y lo que algunos vecinos, criticones como suelen ser, dijeron que simplemente amaneció con ganas de ir a trabajar, lo que nunca le había pasado y se juró a sí mismo que si esa era la incomodidad, nunca quería volverla a sentir. 

Pero quería llamar la atención y hay que decir que el sujeto era para su familia más incómodo que una mesa en un pasillo angosto; lo trataron de entusiasmar con que no se aguantara las ganas y trabajara, lo que fue inútil, puesto que él insistía en el trauma del naufragio, que no podía superar. 

Así, mutó el deseo de trabajar por el de viajar y como era tan estorboso, la señora estuvo de acuerdo en que se lanzara a la aventura, todo con tal de que no estorbara; desde luego que argumentó no viajar porque no tenía dinero para hacerlo y mi parienta, nada tonta, con tal de deshacerse del bulto le preguntó cuánto necesitaba y cuando lo supo le dijo que no tenía problema, que ella se lo daría y hasta le dio de más con tal de que se fuera.

Así partió Taurino a lo que se pensó sería como una vuelta al mundo, el hecho es que sí fue una circunvalación nadie supo a dónde ni por dónde fue a su viaje porque jamás escribió, ni una tarjeta postal mandó. Y fuera de que nadie lo extrañó ni a nadie le hizo falta durante los dos años que estuvo ausente, cuando llegó, lo hicieron festejar que había sido padre de una bella niña, lo que por el tiempo que estuvo fuera lo hizo dudar de su paternidad, pero su mujer lo convenció de que él era tan fuerte que la había dejado embarazada para buen rato y eso le dio mucho gusto, aceptando desde entonces a la niña como propia.

Mi pariente, por su parte, sostenía que es muy difícil no hacer nada, que se requiere gran voluntad y mucha habilidad para tener éxito en la función, ya que lo usual es que todo mundo, sin experimentarlo, cree que es sencillo, pero que esto es un concepto erróneo que se deriva de nunca haberlo intentado y que solo quien lo ha vivido sabe lo difícil que es y consideraba un verdadero éxito a quien lo logra y sí, porque fácil no es.

Taurino falleció, ya muy viejo -aunque estaba muy entero porque podemos asegurar que durante su existencia no se desgastó-, no sin antes preciarse de que gracias a los trabajos nocturnos de sus hijos las propiedades de su mujer habían crecido, lo que era cierto, pero él se adjudicaba el éxito porque a él se le había ocurrido la ampliación; la señora, por temor a que se fuera a salir, lo puso en una tumba muy doble y muy reforzada.

@enrigue_zuloaga

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